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Un bebé que define la agenda de palacio

Los duques de Cambridge llevarán a Jorge de viaje oficial a Australia en 2014 El príncipe Guillermo concede una entrevista conjunta para las cadenas ITV y CNN

El príncipe Guillermo, en su primera aparición oficial desde el nacimiento de su hijo, en Anglesey, el pasado 14 de agosto.
El príncipe Guillermo, en su primera aparición oficial desde el nacimiento de su hijo, en Anglesey, el pasado 14 de agosto.Pool (Getty Images)

Si el nacimiento de un bebé ya es de por sí capaz de revolucionar cualquier hogar plebeyo, la llegada del principito Jorge Alejandro Luis a la casa de los Windsor ha logrado poner patas arriba la agenda palaciega, oficial y, por supuesto, mediática en Reino Unido. Apenas tres semanas después del natalicio del primer hijo de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, su padre ha confirmado que va abandonar las funciones de piloto de helicópteros de salvamento, quizá finiquitando la carrera militar para apuntalar los compromisos reales. Al anuncio de una aparición televisiva y pregrabada, el próximo lunes en la cadena CNN, donde el príncipe hablará de su primogénito y del futuro que espera para él, sucederá en septiembre la primera comparecencia oficial de la duquesa desde que diera a luz el pasado 22 de julio. El matrimonio ha revelado también que el pequeño Jorge les acompañará en el viaje que realizarán a Australia el próximo año. En otras palabras, el royal baby es hoy por hoy quien define la agenda.

“Aunque las tareas de búsqueda y rescate son muy exigentes desde el punto de vista físico y mental, cuidar de un bebé de tres semanas se le parece”, bromeaba Guillermo esta misma semana en la isla galesa de Anglesey, donde ha residido con Catalina desde su boda, en 2011, en una base de la Fuerza Aérea Real. En pocos días, harán las maletas para trasladar su residencia al palacio de Kensington, en Londres, donde se espera que el príncipe asuma crecientes tareas de representación de su abuela, Isabell II. Su visita a aquella feria agrícola local supuso el regreso a la vida pública después de dos semanas de permiso por paternidad de y los primeros comentarios ante el micrófono sobre su estrenada paternidad: “(Jorge) es muy ruidoso y muy guapo”, “solo he pasado un par de noches sin dormir”… Suficientes declaraciones para que, a falta de fotos recientes del bebé o de una Catalina recluida en la casa de sus padres en Berkshire, acapararan titulares en la prensa británica.

El nieto de la monarca británica y segundo en la línea de sucesión abunda en esta y otras declaraciones, quizá de mayor calado, a lo largo de un documental que la CNN y el canal británico ITV emitirán el 15 de septiembre, si bien los televidentes del otro lado del Atlántico podrán ver algunos extractos el próximo lunes. La alegría de haberse convertido en padre, su amor por África y el compromiso con la preservación del medio ambiente que espera transmitir a Jorge Alejandro Luis son algunos de los temas que aborda en el filme, titulado La pasión del príncipe: Nueva paternidad,, nueva esperanza.

Guillermo está asumiendo las funciones de portavoz familiar mientras Catalina se repone del parto y cuida del bebé. La duquesa prepara su primera intervención oficial desde el nacimiento para el 12 de septiembre en Londres, donde acompañará a su marido a la ceremonia organizada por un grupo de protección de la fauna salvaje. El príncipe es el encargado de pronunciar el discurso, pero el foco de la prensa, sobre todo la rosa y la amarilla, estará en ella, en qué lleva puesto y en si dice siquiera una frase sobre su retoño. Ese es el protagonismo reservado para Catalina como consorte de un futuro rey, junto a su papel de madre y quizá promotora de causas benéficas.

Cuando Jorge llegó al mundo, su padre aseguró que sería criado como “un niño normal”. No lo es, y, por eso, integrará nada menos que una visita oficial de sus padres a la Antípodas durante el próximo año. La presencia del bebé entraña, sin embargo, un gesto familiar y un guiño del príncipe hacia su madre, la fallecida Diana de Gales. Porque lady Di, saltándose los rígidos corsés reales de la época, decidió llevarse a un Guillermo de nueve meses en su primer viaje de Estado a Australia.

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