Rabat frustra en el último momento el regreso de Haidar a El Aaiún
Marruecos cancela el permiso de aterrizaje pocas horas después de otorgarlo.- Exteriores asegura que el Gobierno marroquí sabía que la activista iba a bordo
Aminetu Haidar hizo la uve de la victoria desde su silla de ruedas antes de franquear los controles de policía en el aeropuerto de Lanzarote. El centenar de personas que la acompañaba en la terminal dejó estallar su júbilo. La alegría duró poco.
Pocas horas antes, Marruecos había autorizado que un avión con la más célebre activista saharaui regresase a El Aaiún, la ciudad de donde fue expulsada por la policía marroquí el 14 de noviembre, tras retirarle el pasaporte. Dos días después, inició una huelga de hambre que ayer, poco antes de iniciar el frustrado vuelo de regreso a su país, se daba por finalizada.
Haidar viajaría sin el pasaporte que Marruecos se ha negado a devolverle (salvo que pidiera perdón o aceptara la marroquinidad del Sáhara), pero con un salvoconducto expedido por la Delegación del Gobierno en Canarias que, según fuentes diplomáticas, debería permitirle cruzar las aduanas española y marroquí.
Además de la propia Haidar, que fue trasladado hasta la pista en una ambulancia, subieron a bordo del avión medicalizado su médico, Martín de Guzmán, director del Hospital Insular; su abogada, Inés Miranda; el director del gabinete del ministro Moratinos, Augustín Santos, y la diputada socialista Delia Blanco. El aparato fue fletado por Aviación Civil y pagado por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
El plan de vuelo, con la lista completa de pasajeros, fue remitido por la dirección de protocolo del Ministerio de Asuntos Exteriores (y no por Aviación Civil, como es habitual) a su homólogo marroquí. La solicitud se envió a primera hora de la mañana y la respuesta positiva llegó hacia las seis de la tarde.
El despegue se retrasó 20 minutos y, durante ese tiempo, las agencias de prensa comenzaron a anunciar el inminente regreso de Haidar al Sáhara. Poco antes de las nueve de la noche (hora peninsular española), el piloto puso los motores en marcha e hizo las últimas comprobaciones. Fue entonces cuando el control aéreo marroquí le indicó que el permiso de sobrevuelo y aterrizaje en El Aaiún estaba cancelado. La única razón que esgrimió es que el plan de vuelo no había sido remitido con 24 horas de antelación.
Los pasajeros bajaron del avión. Haidar regresó a la terminal, donde la esperaban sus seguidores, que no podían ocultar su frustración. La diplomacia española no se da por vencida y estudia solicitar en las próximas horas una nueva autorización.
Marruecos no ha explicado las razones de su marcha atrás, aunque se barajan dos hipótesis. La primera es que la publicidad dada en España al regreso, interpretado como una victoria del Polisario, disgustó a Rabat. La segunda es que hubo descoordinación entre las autoridades marroquíes. Permitir o no la vuelta de la independentista es, en última instancia, una decisión personal del rey Mohamed VI.
La cancelación del permiso supuso un jarro de agua fría para los seguidores de Haidar y para la diplomacia española. En Marruecos, la primera reacción vino de la Asociación Sáhara Marroquí que emitió un comunicado en el que denuncia "la actitud hostil y provocadora" del Ejecutivo español, que habría intentado "forzar al Gobierno marroquí". El Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí aseguró anoche que "nunca ha dado autorización" para que regrese Haidar y que su posición sobre este asunto "no se ha modificado".
Por el contrario, el Gobierno español asegura que Marruecos era "plenamente consciente" de que a bordo del avión viajaba la activista saharaui, ya que su nombre figuraba en la lista de pasajeros que fue autorizada. "No era un vuelo rutinario que pudiera pasar desapercibido, tanto por las características del avión, la vía utilizada para pedir la autorización y los pasajeros que iban a bordo", alegan fuentes diplomáticas españolas.
El frustrado regreso de Haidar coincidió con las gestiones realizadas ayer ante Marruecos y España por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay. Los tres lanzaron llamamientos a ambos países pidiéndoles que "por razones estrictamente humanitarias" tomen las medidas apropiadas para que "Haidar pueda desplazarse" de un país a otro y "se ponga fin al actual bloqueo". Incluso Francia, según fuentes saharauis independentistas, hizo una gestión en Naciones Unidas.
Anoche, la abogada de Haidar anunció que ésta reanuda una huelga de hambre que, después de 20 días, amenaza con causar daños irreversibles a su salud.
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