A Rajoy le estalla un Costa en las manos
Mariano Rajoy pasó la semana pasada en sólo unas horas de la "indiferencia" ante el aluvión de indicios de corrupción masiva que arrojó el conocimiento del parte del sumario del caso Gürtel, a la "preocupación" por los efectos que esas revelaciones podrían tener sobre el partido que preside. Una decena de dirigentes está implicado en la trama de corrupción que dirigía Francisco Correa y se enriqueció a costa de hacer favores a la red Gürtel.
Rajoy, poco dado a tomar decisiones contundentes, optó por una solución rápida y drástica: la destitución del secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa. Pero ni Rajoy, ni la dirección nacional del PP, ni Camps, ni la dirección valenciana del partido, han explicado todavía a estas horas las razones de la destitución de Costa, que se formalizará esta tarde. Cualquier explicación sobre ese despido político puede dañar gravemente al presidente autonómico, Francisco Camps, uno de los principales amigos del jefe valenciano de la red corrupta, Álvaro Pérez, el Bigotes, con el que Costa mantuvo conversaciones de las que hoy se avergüenza.
Si Rajoy pensó que la primera víctima de la purga valenciana iba a guardar silencio para evitar más lío, se equivocó. Basta con escuchar la declaración que ha hecho Ricardo Costa para interpretar que el secretario general del PP valenciano no está dispuesto a morir políticamente sin oponer resistencia.
¿Rajoy, mentiroso? "La dirección nacional nunca dio ninguna instrucción" para cortar relaciones con las empresas de Francisco Correa. Costa inició así su alegato de defensa, dejando por mentiroso al propio Mariano Rajoy, que recordó en febrero, cuando estalló el escándalo, que había ordenado en 2004 acabar con las relaciones que mantenía el partido con Correa y su clan. En su discurso, Costa abría nuevas heridas a la vez que intentaba poner tiritas a la sangría. "El presidente regional [Francisco Camps] y el presidente nacional del partido [Mariano Rajoy] siempre han dado instrucciones correctas y siempre han sido justas y en beneficio del PP". No explicó si entre las instrucciones correctas, justas y en beneficio del PP se encontraba la adjudicación de más de 40 contratos a dedo y sin concurso a la empresa de Álvaro Pérez, el Bigotes, el mismo al que Camps quería "un huevo" y consideraba "amiguito del alma".
Tras su alabanza a Camps y a Rajoy, Costa volvía a la carga: "Tampoco resultaría procedente que mi dimisión tuviera como única finalidad asumir responsabilidades de terceros", proclamó. Y como la frase podría sugerir conductas corruptas de otros dirigentes del PP valenciano, Costa volvió a sus tiritas: "Que no me consta que existan".
Contra la dirección nacional del PP. "Algunos quieren convertirme en chivo expiatorio. No me parece razonable. Creo que tengo derecho a exigir explicaciones", señala Costa. Desde que el pasado viernes, el portavoz del PP Esteban González Pons anunció que a las cuatro de la tarde se acababa la fiesta, nadie le ha dado a Costa una explicación sobre la causa que ha llevado a la dirección nacional a exigir su destitución. Si el motivo es la financiación ilegal del partido, Rajoy se desmiente a sí mismo: "Ha quedado acreditado que no existe financiación irregular del PP", dijo. Si el motivo es los regalos recibidos de la trama Gürtel en forma de trajes, tras Costa deberían destituir a Francisco Camps. Si el motivo es la contratación a dedo y sin concurso de las empresas de Francisco Correa, los destituidos deberían ser los consejeros, pues Costa, como jefe del partido, no tenía atribuciones para adjudicar contratos.
Aviso a navegantes. Por si no había quedado claro, Costa avanzó un paso más y avisó de las consecuencias que tendrá su destitución. "Nadie de la dirección nacional me ha llamado para dar una explicación sobre esta situación. Esto ha supuesto implícitamente una condena ante la opinión pública como si hubiera incumplido con las directrices del PP. Esto me produce tristeza. Espero que el PP a nivel nacional defienda mi imagen y mi honradez de forma pública. No hacerlo sería poner en tela de juicio mi corrección y la del PP valenciano. Le pido a la dirección nacional que si tiene la más mínima duda sobre mi gestión y mi honradez que abra una investigación interna. Al menos debo tener derecho a defender mi nombre".
La fiesta continúa. El PP, en manos de los jueces que instruyen la mayor trama de corrupción que ha afectado a esta formación política en toda su historia, sigue desangrándose. La solución Rajoy para tapar la última gran gotera, a cuenta de las revelaciones de un sumario sólo conocido en parte, le ha estallado en las manos. Costa lo ha contado así. "Si esta tarde se acuerda mi cese, lo aceptaré, eso sí, creo que tengo derecho a una explicación clara que defienda en todo momento mi honradez. Un amigo mío [Esteban González Pons, miembro de la dirección nacional del PP] dijo el otro día que la fiesta se acababa a las cuatro. Yo en este caso estoy más de acuerdo con lo que dijo el presidente. En el PP la fiesta no se acaba nunca. Creo que algunas personas actúan con poses y frivolidad".
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