Grecia acelerará las reformas ante la presión internacional
Bruselas saluda el anuncio y dice que la troika regresará cuando Atenas esté lista para continuar la evaluación
Grecia trata de aferrarse al rescate europeo en mitad de una agonía fiscal que no cesa y una contracción económica que la estrangula cada vez más. El ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, se comprometió ayer a acelerar las reformas estructurales que exigen la Unión Europea y el FMI, basadas principalmente en privatizaciones y el adelgazamiento del sector público. La presión puede con Atenas, que necesita recibir el sexto tramo (8.000 millones de euros) del primer rescate. El titular de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, insistió ayer en que Grecia no obtendrá el dinero si la troika (inspectores del Banco Central Europeo, el Ejecutivo comunitario y el FMI) no da el visto bueno. Y la troika anunció el viernes que abandonaba Atenas ante la inacción del Gobierno heleno, hasta que este metiera una marcha más.
El anuncio de Venizelos supone avanzar en esa dirección y la Comisión Europea le da la bienvenida, pero la advertencia sigue firme y clara sobre la mesa: no se pueden pasos atras en el plan comprometido y, por el contrario, hay que espabilar y darlos hacia adelante a marchas forzadas. El anuncio "demuestra que había trabajo suplementario por hacer" y Bruselas acoge con "satisfacción" la "acelaración de ese trabajo en marcha", ha dicho el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj.
Esto deja más cerca el regreso de la troika, estimada para mediados de septiembre, aunque por el momento sigue sin establecerse una fecha concreta. "Depende de las autoridades griegas cuándo ocurrirá esto con exactitud", ha señalado el portavoz, que pone en el tejado heleno la palanca para cualquier avance en este sentido: "El objetivo para esta pausa, pactada con las autoridades griegas, era completar una serie de trabajos en varios dominios; el estructural, pero también las medidas presupuestarias para 2012 y a medio plazo. Si las autoridades griegas consideran que este trabajo se ha completado, estamos preparados para volver".
Atenas dijo la semana pasada que no sería capaz de cumplir el objetivo de déficit previsto para este año, del 7,6% del PIB, y que preveía una contracción de la economía de otro 5%. Las dudas sobre si el país podrá de algún modo evitar un impago mayúsculo han arreciado. Los efectos se han notado en las Bolsas y en la deuda soberana de los llamados países periféricos del euro, mercados todos ellos que padecen también el miedo a un estancamiento global o incluso a una nueva recesión. La incertidumbre y la dificultad de aplicar soluciones han llevado a volver a pensar en la salida de Grecia de la moneda única, una posibilidad que, de momento, ha rechado frontalmente la canciller de Alemania, Angela Merkel, ante el "efecto dominó" que podría causar la salida de un país del euro.
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