Las dudas sobre Grecia y las elecciones elevan el castigo a la deuda de España
Los bonos a 10 años del Tesoro tocan máximos de la década con las Bolsas europeas a la baja y el euro a punto de ceder los 1,40 dólares. -Atenas anuncia un nuevo plan de reformas
El rescate de los países del euro se ha revelado como un mecanismo poco eficaz para detener una crisis que, desde hace ya más de un año, ateneza a los Estados más débiles de la eurozona. Hoy, el foco de atención ha estado centrado en tres de estos países que se bañan en el Mediterráneo, una región otrora cuna de la civilización y ahora fuente de problemas. Grecia, en pugna constante por aprobar más y más medidas de ajuste que no convencen a los mercados; España, sobre cuyo Gobierno pesa la sospecha de que sea demasiado débil como para lograr preservar los recortes tras el batacazo de las elecciones; e Italia, amenazada por el riesgo de contagio, están copando la atención de inversores y analistas. Por su culpa, las Bolsas han caído, el euro ha llegado a perder por primera vez desde mediados de marzo los 1,40 dólares durante unos instantes y las primas de los llamados periféricos, los países bajo sospecha por sus altos niveles de déficit y deuda, han intensificado el repunte de la semana pasada.
No obstante, aunque hoy sean estos tres países los que acaparan titulares, en el fondo la clave es la misma: las dudas sobre dónde está el final de una crisis que ya se ha llevado por delante a tres países (Grecia, Irlanda y Portugal), ha acabado con dos Gobiernos (Irlanda y Portugal) y amenaza a un tercero (España). Además, también ha dejado en evidencia las dificultades de una UE a dos velocidades y con tremendas divergencias internas para atajar las turbulencias y sentar las bases para que Europa recupere no solo su fortaleza económica, sino también su papel en el mundo.
Tras el batacazo socialista en las elecciones locales de ayer en España, la prima de riesgo del país, que es el sobreprecio exigido por los inversores para comprar sus títulos frente a lo que pagan por los alemanes, ha llegado a sobrepasar los 260 puntos básicos a media mañana. También la rentabilidad de sus bonos a 10 años en el mercado secundario ha seguido subiendo y ha rebasado el 5,60%, su mayor nivel desde 2000. No obstante, tras tocar este nivel, que supone el más alto desde enero, ha moderado su avance hasta el entorno de los 245 puntos básicos. En noviembre, en plena debacle de Irlanda, rozó los 300 puntos básicos.
Las causas de este incremento han sido, en primer lugar, el persistente temor a que la cuarta economía de la eurozona sea la próxima en caer si empeora la situación de Grecia, lo que está lastrando al resto de los periféricos. No obstante, los analistas también aluden a las dudas que suscita el resultado de las elecciones de ayer, lo que supone un castigo añadido para la deuda española que, de hecho, ha sido la que peor se ha comportado hoy junto a la griega. En su opinión, los votantes han infligido un serio correctivo al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por su incapacidad para atajar el paro y los duros recortes sociales. Por lo que ahora, con la aplastante victoria del PP, las elecciones dejan a un Gobierno en franco retroceso y débil para preservar las reformas. También suscita algunas dudas la posibilidad de que, tras el cambio de color en algunas comunidades (Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha o Cantabria), los nuevos Gobiernos desvelen más déficit de lo anunciado hasta la fecha. Sin embargo, hay que recordar que las dos autonomías más endeudadas, Cataluña y Comunidad Valenciana, siguen bajo los mismos partidos.
La clave de la presión contra Italia, donde también están pendientes de la segunda vuelta de las municipales y del vuelco electoral en la plaza financiera más importante del país, Milán, ha sido el cambio en la perspectiva de su calificación crediticia a la que el Ejecutivo de Silvio Berlusconi ha respondido anunciado que preparan más recortes por valor de 5.000 millones. Si hasta el sábado este país se mantenía en las afueras del grupo de la crisis, ese día la agencia Standard & Poor's decidió amenazar con un recorte de su nota de solvencia (actualmente en A+) por el cada vez mayor riesgo de contagio. A pesar de ello, se mantiene tanto en términos de prima como de rentabilidad mucho mejor que España. En su caso, además, el giro político es a la inversa que en España: de derecha a izquierda.
Pese a estos movimientos políticos, el virus que está en el fondo de la crisis sigue siendo Grecia. Hoy, coincidiendo con el anuncio de nuevos recortes, se ha publicado que el déficit acumulado en los cuatro primeros meses del año ha sido mayor a lo esperado. Conclusión: más dudas y refuerzo de los argumentos de aquellos que vaticinan que más temprano que tarde habrá reestructuración. Pese a ello, Bruselas insiste en que esta opción "no está sobre la mesa". El sábado el presidente del Eurogrupo ya anunció que Atenas no estaba cumpliendo con sus objetivos.
Según ha explicado el comisario de Economía de la Comisión Europea, Michel Barnier, cualquier modificación de las condiciones de la deuda de Grecia será acordada con sus acreedores. En este sentido, ha admitido la posibilidad de pactar un aplazamiento de las fechas de vencimiento pero sin llegar a forzar una situación de impago, aunque el resultado final del proceso sea ese. Esto es, que los inversores no cobren todo su dinero.
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