El FMI da un toque de atención a España e insta a acelerar el recorte del déficit

El Fondo Monetario Internacional ha pedido hoy a España, así como a Irlanda y Portugal, los países que han sufrido un mayor golpe de los mercados por la crisis griega, que apliquen "rápidamente" sus planes de ajuste fiscal. Caroline Atkinson, portavoz de la entidad, ha admitido que España ha presentado un paquete de medidas "bastante grande", pero ha enfatizado que ahora es el momento de ponerlo en marcha con celeridad para lograr la reducción del déficit y lanzar un mensaje contudente de responsabilidad a los mercados.

Mientras no se ponga un dique ante la crisis fiscal, la prima de riesgo de la deuda española, que mide el sobrecoste que tiene que pagar el Tesoro para colocar sus bonos, seguirá subiendo. Hoy, de momento, ya ha marcado su segundo máximo consecutivo desde que España entró en el euro con la rentabilidad del bono a 10 años en un 4,4%, lo que equivale a 1,5 veces por encima de la del bono alemán.

A las seis de la tarde, el tipo al que los inversores admiten comprar bonos españoles a 10 años subía en 24 puntos básicos frente al cierre de ayer, y marcaba el 4,4% por primera vez desde julio. Con este avance, su prima de riesgo, el diferencial frente al bund alemán -de referencia-, subía desde el máximo de 131 puntos básicos que marcó ayer a un nuevo récord desde la entrada de España en el euro: 149 puntos básicos -un incremento del 1,49%-.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha presentado un plan de austeridad que, además de subir el IVA y los impuestos al capital, recorta el gasto público, especialmente en personal, y adelanta fusiones de empresas públicas. Un conjunto de actuaciones con el que el Ejecutivo pretende ahorrar hasta 50.000 millones de euros de aquí a 2013. El plan también tiene el visto bueno de Bruselas, que no obstante echa en falta medidas concretas para 2011 y 2012.

El desbordamiento de la crisis de Grecia, que ahora podría no tener suficiente con los 110.000 millones en créditos previstos por el plan de rescate para evitar una renegociación de su deuda, y el temor cada vez mayor a que sus problemas financieros se extiendan al resto de economías periféricas del euro, han puesto en alerta a la UE y el FMI. Los organismos internacionales insisten en la necesidad que tienen los Estados de demostrar al mercado su compromiso con la consolidación fiscal con el objetivo de poner un cortafuego que les deje a salvo de las turbulencias. Y el tiempo corre de su contra. Cuanto más tarden, peor se lo ponen los inversores para seguir recurriendo al mercado en busca de financiación. El mejor ejemplo ha sido Grecia, ya que frente a unas previsiones iniciales de unos 45.000 millones, la cifra que ahora se maneja aumenta a los 150.000 millones.

El efecto inmediato de estos altos déficits, que se van al 11,2% en el caso de España, al 13,6% para Grecia y cerca de los dígitos en Portugal, es que, además de limitar la capacidad de acción de sus respectivos Gobiernos para reactivar la economía, ponen en duda su capacidad futura para hacer frente a los vencimientos de deuda. Unos temores que se traducen en una mayor exigencia de la rentabilidad de los bonos que emiten estos Estados para encontrar compradores en sus emisiones de títulos.