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Crónica:El fin de semana 'indignado'
Crónica
Texto informativo con interpretación

La 'república de Sol' da la bienvenida

indignados revitalizan el campamento en cuestión de horas - Para esta tarde está convocada una manifestación de Atocha al kilómetro cero

Juan Diego Quesada

Una locutora de radio acerca su boca al micrófono: "Estamos en el aire". Es Ágora, la radio del movimiento 15-M que vuelve a emitir en directo desde la Puerta del Sol. Prueba de que los indignados han vuelto a tomar la plaza. Cientos de ellos, que han recorrido el país pueblo a pueblo, hicieron su entrada ayer en este lugar que fue el epicentro del movimiento. La imagen del kilómetro cero invadido por carpas y tiendas de campaña hace dos meses dio la vuelta al mundo: ese mismo espíritu reivindicativo volvió ayer a tomar Sol. En cada acceso, una pancarta esperaba a los caminantes: "Bienvenida, dignidad". Exhaustos, muchos llegaron con llagas en los pies después de andar cientos de kilómetros.

Radio, periódicos y plató de televisión para difundir la voz de los indignados
"Así visto es bonito, pero ojalá que se vayan el domingo", dice un comerciante
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La reconquista de Sol

La república de Sol, como se conocía a esta miniciudad que pusieron en pie los indignados, volvió a tomar forma desde primera hora de la mañana. Con maderos, clavos, tuberías, se levantaron carpas y tenderetes. La sección de Alimentación fue la primera en ponerse en marcha para poder dar de comer a este regimiento. "Bienvenido sea todo lo que la gente quiera traer", explicaba Daniel. A su espalda se amontonaban paquetes de arroz, pasta y sacos de patatas y tomates. Unos agricultores descargaron de sus furgonetas kilos de sandías, melones, pimientos y naranjas. Espontáneos compraban en supermercados cercanos y dejaban ahí bolsas repletas de comida. Más allá se abría de nuevo la biblioteca y se intercambian libros de texto para el nuevo curso o se tomaban prestados ejemplares.

A mediodía, la ciudad de los indignados ya era otra vez realidad. En la radio discutían sobre la agresividad del sistema financiero y la necesidad de "enterrar" el discurso político actual. "Detrás se instaló un plató de televisión en el que se discutían temas parecidos. Todo volvía a recobrar vida. El periódico 15-M news, en blanco y negro y anunciando en su portada la llegada de las columnas, pasaba de mano en mano. Las paredes y las bocas del metro se empapelaron de folletos, algunos de ellos acordándose de Francisco Camps, el dimitido presidente de la Generalitat por su implicación en el caso Gürtel.

En el punto de información, que ha permanecido en pie desde que se desmanteló el campamento, se informaba de los actos de este fin de semana. Estaba previsto que se celebrase una asamblea a última hora para que los caminantes pusieran en común sus experiencias. Para esta tarde está convocada una manifestación que se espera multitudinaria. Saldrá a las 18.30 de Atocha y llegará a Sol. Siempre Sol, el lugar que vio nacer a los indignados.

A media tarde, las comisiones ya trabajaban a pleno rendimiento. En una carpa, unos archivadores colocados en un estante guardaban más de mil casos de desahucios pendientes de ejecutar. Los voluntarios dan prioridad a aquellos en los que hay ancianos, niños o enfermos. Víctor Horcajo, uno de los organizadores, de 27 años, contabilizó solo ayer 142 peticiones de ayuda.

A las nueve de la noche las primeras marchas entraban en la plaza. De repente, Sol se llenó de gente cantando y bailando. Se abrazaban, lloraban. Todo estaba preparado, llevaban todo el día esperándoles. El movimiento terminaba por reconquistar Sol. Mientras, un comerciante de Sol se asomaba a la puerta de su tienda para observar cómo se anclaban las carpas al suelo: "Así visto es bonito, pero ojalá que se vayan al acabar el fin de semana". Nadie de la organización aclara si acabado el domingo levantarán el campamento.

Abrazos y llantos de emoción en el kilómetro cero, convertido en un punto de encuentro de indignación.
Abrazos y llantos de emoción en el kilómetro cero, convertido en un punto de encuentro de indignación.LUIS SEVILLANO

Un día de conciencia ciudadana en Madrid

- 6.00. Torrejón despide a los indignados más madrugadores. La ruta noreste se pone en marcha a las seis de la mañana para llegar a Madrid antes de que el calor apriete. Realizan una parada en Coslada, donde se les une gente del municipio.

- 7.00. Suena el despertador en Majadahonda. La marcha noroeste entra en la capital seis horas después y se instala en el parque del Oeste. Comida, tertulia y siesta sobre la hierba. También temprano inicia su camino la marcha sur, que sale de San Martín de la Vega para llegar a comer al parque del Sur.

- 8.00. Los indignados de la ruta este están en Madrid desde el viernes, pero la costumbre les hace levantarse temprano. Los vecinos de Puente de Vallecas han preparado un desayuno y nadie se lo pierde. A mediodía se celebra una asamblea de todos los barrios de la zona sur.

- 9.00. La ruta oeste amanece en Móstoles y entra en Madrid, vía Alcorcón, a mediodía. Les reciben los indignados de Aluche, Batán, Lucero y paseo de Extremadura para compartir una comida en el recinto ferial de la Casa de Campo.

- 11.00. Los caminantes de la ruta norte, que llegaron a Madrid el viernes, aprovechan la mañana para descansar. A las once de la mañana se reúnen en asamblea en el parque Norte.

- 12.00. La Puerta del Sol se afana en los preparativos para recibir a todas las marchas. Se instala el puesto de comida, y se preparan la biblioteca y las pancartas de bienvenida.

- 19.00. Arrancan los conciertos en Sol. Ya está todo listo para recibir a los caminantes. La mayoría de las rutas, acompañadas por los miembros de las asambleas de los barrios, emprenden el camino al kilómetro cero. Las marchas de los indignados cruzan la capital de norte a sur y de este a oeste.

- 21.00. Entran las primeras columnas. Sol los recibe con abrazos y llantos de emoción.

- 22.00. Empieza la asamblea y se convierte en una sucesión de cánticos y lemas.

- 23.45. Grito mudo: se hace el silencio

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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