Ryanair se marcha de Reus en otoño y deja el aeropuerto en el aire

Ryanair se marcha también de Reus. La compañía de bajo coste irlandesa, que este mes ha dejado de volar desde Lleida-Alguaire, anunció ayer que también dejará en otoño el aeropuerto de Reus, en el que tiene una base desde donde vuela a 28 ciudades europeas. Además, Ryanair, que en 2010 se embolsó 12 millones de euros en subvenciones públicas por volar desde los aeropuertos secundarios catalanes, tampoco quiere firmar de momento su continuidad en Girona hasta 2016, ya que considera que la Generalitat le ofrece poco dinero por alimentar el aeropuerto. El Gobierno decidió ayer aceptar el pulso: anunció que congela su negociación con la irlandesa.

Hace ya varias semanas que Ryanair no permitía hacer reservas desde su página web para vuelos con origen o destino en Reus después de octubre. La Generalitat pidió calma a las instituciones locales, alarmadas ante la idea de perder la única compañía regular que tiene el aeropuerto de la zona, que en 2010 registró 1,4 millones de pasajeros. Ayer se hicieron realidad sus peores temores. Según anunció el vicepresidente de la irlandesa, Michael Cawley, piensan abandonar Reus en octubre. Dejan la puerta abierta a volver en verano de 2012, pero con alguna ruta aislada y sin base.

"Hoy es un día triste para Ryanair. Tras los múltiples intentos por cerrar un trato beneficioso para las dos partes [compañía y aeropuerto], nos hemos visto obligados a tomar esta decisión", argumentó Cawley. Para echar más leña al fuego, repasó la pérdida que supone para el aeropuerto tarraconense su marcha: 150 empleos directos y medio millar de indirectos, de los 1.300 existentes en estos momentos en la instalación, informa Gorka Pérez.

El acuerdo con el aeropuerto de Reus está vigente hasta 2013. Fue modificado por el tripartito en beneficio de Ryanair. De 2,7 millones de euros al año se pasó a los 3,5 actuales. El anuncio de Ryanair desató la ira del presidente de la Generalitat, Artur Mas. El jefe del Ejecutivo catalán afirmó que la relación con la aerolínea es "complicada". También subrayó que la Generalitat cumple los términos de los acuerdos, "una cosa que no todo el mundo puede decir".

Si Ryanair se marcha, la viabilidad del complejo está en el aire. Ayer el ambiente en el aeropuerto, inaugurado en 1991, era tenso. A mediodía solo uno de los 23 mostradores de facturación estaba abierto. Los empleados de Ryanair comentaban en corrillos su futuro incierto. "La compañía ha cumplido sus amenazas. ¿Qué va a pasar con nosotros?", se preguntaba un empleado.El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, pidió ayer que el Ejecutivo catalán actúe con contundencia y no acepte el "chantaje" de la aerolínea. Ballesteros apuesta por retirar la aportación que hace el Ayuntamiento al aeropuerto. Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Reus, Isaac Sanromà, alertó de que si Ryanair se va de la ciudad, "las pérdidas alcanzarán los 100 millones de euros anuales". Por eso, su homólogo en la Cámara de Comercio de Tarragona, Albert Abelló, pidió que los 3,5 millones de euros que se destinan al año a Ryanair no desaparezcan y puedan servir para intentar captar otras compañías de Asia, Rusia o Alemania.

El responsable de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, aseguró ayer que la Generalitat no aceptará el "chantaje permanente" de Ryanair y que no descarta llevar a la compañía ante los tribunales si sigue incumpliendo los acuerdos firmados.

No es la primera vez que la aerolínea de bajo coste irlandesa pone en jaque al Gobierno catalán. Ante amenazas de marcha, el año pasado el consejero socialista Joaquim Nadal, poco antes de las elecciones, firmó un preacuerdo con Ryanair, por el que la compañía recibiría 7,5 millones de euros y estaría exenta de abonar cuatro millones de euros en tasas. El Gobierno de CiU, sin embargo, lo consideró excesivo a su llegada y lo anuló. Finalmente, pese a haber criticado el trato, decidió volver a ponerlo encima de la mesa e incluso aumentarlo: le ofrecía también terrenos para un hotel, un hangar y una escuela. Pero ahora es Ryanair la que lo ve insuficiente. Ayer la compañía, justo después de anunciar que se marcha de Reus, señaló que quiere al menos 15 millones de euros al año por permanecer en Girona.

La Generalitat, tras escuchar las declaraciones del vicepresidente de la compañía, decidió congelar las negociaciones. El director de Transportes, Ricard Font, cree que no existe "seguridad jurídica" de que la aerolínea cumpla las obligaciones del contrato que se está negociando, a la vista de lo que ha sucedido en Reus, y que mientras Ryanair no dé "claras muestras de que cumplirá lo firmado", no volverán a la mesa de negociaciones. La Generalitat supedita así el futuro del aeropuerto de Girona a que Ryanair dé un paso atrás en su decisión de dejar de volar al aeropuerto tarraconense. Font calificó de "inadmisibles" las exigencias de la compañía, aunque se muestra dispuesto a seguir negociando, siempre que la compañía garantice de algún modo que cumplirá lo acordado, informa Antía Castedo.