El gobernador del Banco Central afgano huye a EE UU
Abdul Fitrat está acusado de fraude y de imprimir dinero sin permiso
El gobernador del Banco Central afgano, Abdul Qadir Fitrat, ha huido a Washington, donde ha indicado que su vida corre peligro por investigar la serie de créditos fraudulentos descubierta en septiembre pasado en el Banco de Kabul. Poco después de conocerse la noticia, el Gobierno afgano emitió una orden de busca y captura contra Fitrat, que estaba siendo investigado en conexión con el fraude masivo cometido por los accionistas del Banco de Kabul, una entidad privada que tuvo que ser colocaba bajo control del Banco Central para evitar que rompiera el frágil sistema financiero afgano.
El vicefiscal general afgano, Rahmatulá Nazarí, aseguró a la cadena británica BBC que "existen serios cargos" contra Fitrat, entre ellos el haber impreso dinero sin autorización. "Tiene que responder por todos ellos", declaró tras indicar que pedirá ayuda a EE UU e Interpol para que lo extraditen. Fitrat, que tiene residencia estadounidense, ha dicho que no tiene intención de volver a Afganistán. No hay tratado de extradición entre los dos países. "Lo vamos a traer aquí para que sea juzgado", insistió el vicefiscal.
El Banco de Kabul, el mayor de Afganistán -fundado en 2004 por Sherjan Farnud, uno de los principales jugadores internacionales de póquer-, estuvo a punto de hundirse el año pasado y tuvo que ser reflotado con cientos de millones de fondos públicos y garantías del Gobierno. En una primera investigación se descubrió que varios de sus accionistas se valieron de créditos fraudulentos para desviar a sus cuentas 850 millones de dólares (casi 600 millones de euros), empleados en buena parte en inversiones inmobiliarias en Dubai.
El Gobierno británico suspendió el desembolso de 140 millones de dólares en ayuda para el país centroasiático al conocerse el escándalo financiero.
Wahid Omer, portavoz de la Presidencia afgana, explicó que Fitrat ni tan siquiera presentó la dimisión, sino que simplemente huyó a EE UU. "Los procedimientos formales no han sido respetados. No es ya el gobernador, es un gobernador en fuga", declaró. Según Omer, Fitrat "nunca comentó a nadie del Gobierno que su vida estaba en peligro".
Fitrat afirmó desde EE UU que el Gobierno afgano obstruía sus esfuerzos para localizar a los responsables del fraude, y que había recibido amenazas de muerte después de que en abril pasado denunciara en el Parlamento afgano a algunos de quienes desataron la crisis. Entre ellos se encontraban varios familiares del presidente Hamid Karzai, incluido un hermano, y otro del vicepresidente Qasim Fahim, aunque ambos han negado tener relación alguna con el escándalo de la institución, que gestiona el 80% de los salarios de los funcionarios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.