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El Ejército sirio somete la provincia rebelde del norte

Los carros de combate se despliegan en la frontera con Turquía

El Ejército sirio completó ayer su reconquista de la provincia noroccidental de Idlib. Los tanques del general Maher el Asad llegaron prácticamente hasta la frontera turca, provocando que miles de sirios que habían huido de sus ciudades y habían acampado en la zona, hasta ahora libre de ataques, se refugiaran en Turquía.

Por una vez, decenas de periodistas extranjeros pudieron contemplar cómo reprime el Gobierno de Damasco a sus propios ciudadanos. Desde una colina en territorio turco se veía la localidad siria de Jirbet el Jouz, a la que las tropas del régimen llegaron por la mañana. De inmediato bloquearon los accesos con carros de combate, desplegaron francotiradores por las azoteas e instalaron al menos una ametralladora de gran calibre en una posición elevada: la estrategia que durante semanas han descrito los activistas contra Bachar el Asad.

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El avance de las tropas empujó hacia el exilio a miles de personas, que cortaron vallas de alambre para salir de Siria. En territorio turco había ya más de 10.000 refugiados sirios instalados en varios campamentos. Umit Bektas, un fotógrafo de la agencia Reuters, declaró que había visto tanques sirios desplegándose junto a la frontera, con el fin de bloquear el acceso e impedir que los fugitivos de Jirbet el Jouz y de otras ciudades de la provincia pudieran buscar asilo en Turquía.

El Gobierno de Bachar el Asad presentó, como de costumbre, una versión de los hechos muy poco parecida a la realidad: anunció que centenares de sirios estaban regresando a sus hogares, desde Turquía, gracias a que el Ejército había acabado con las "bandas terroristas armadas" que les habían obligado a huir.

La aproximación de unidades blindadas sirias a la frontera turca fue un gesto hasta cierto punto provocador hacia el Gobierno de Ankara. Turquía fue durante los últimos años un sólido aliado del régimen de Bachar el Asad, pero desde la semana pasada, a la vista de la brutalidad con que se intenta acabar con las manifestaciones opositoras, mantiene una creciente distancia. Turquía, además, aseguró que acogería a todo sirio que necesitara huir, y ayer las tropas de El Asad actuaron directamente contra quienes aspiraban a encontrar refugio al otro lado de la frontera. El Asad da por supuesto que Turquía, inmensamente más poderosa que Siria tanto en lo militar como en lo económico, nunca se atrevería a intervenir en un conflicto interno que podría desembocar en una guerra civil con múltiples bandos, al estilo libanés.

El régimen de Damasco, basado en la minoría chií alauí y respaldado por Irán, parece decidido a despreciar las condenas y sanciones internacionales, por ahora muy modestas, prácticamente simbólicas, dado que Rusia (principal proveedor de armamento a Siria junto con Irán) esgrime el veto contra cualquier resolución al respecto del Consejo de Seguridad de la ONU.

Refugiados sirios al franquear la frontera con Turquía, cerca del pueblo turco de Guvecci.
Refugiados sirios al franquear la frontera con Turquía, cerca del pueblo turco de Guvecci.UMIT BEKTAS (REUTERS)

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