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La guerra en Libia

Gadafi fuerza la inmigración hacia Europa

Refugiados africanos relatan que el régimen les obligó a embarcarse en Trípoli rumbo a Italia pistola en mano - Más de 746.000 personas han huido de Libia por la guerra

Roma

Las sospechas de que el régimen del dictador libio, Muamar el Gadafi, no solo está tolerando los desembarcos de inmigrantes hacia Europa sino que además los está usando como un arma más de guerra van tomando forma poco a poco. Algunos de los 1.871 refugiados africanos llegados a Lampedusa este fin de semana han relatado a miembros de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que soldados libios les obligaron la semana pasada, a golpe de metralleta y "con disparos indirectos", a subirse en una barcaza con destino a Italia.

La escena relatada por los desplazados se produjo entre el jueves y el viernes, en un puerto situado en las afueras de Trípoli, a solo 15 kilómetros del centro y que según fuentes de los rebeldes libios habría sustituido a la localidad de Zuara como punto de partida de los desembarcos hacia Europa.

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Una primera barcaza zarpó cargada hasta los topes con 600 pasajeros a bordo, muchos de ellos somalíes y eritreos, y se hundió pasados unos minutos por el sobrepeso. Nadie sabe cuántos refugiados sobrevivieron, pero algunos testigos han dicho que solo algunas decenas lograron salvarse nadando hasta la orilla.

"Al ver que el bote se hundía, muchos de los que esperaban para ocupar la siguiente embarcación cambiaron de idea y se negaron a hacerlo", explicó ayer Jean-Philippe Chauzy, portavoz de la OIM en Ginebra. "Los testigos afirman que los soldados les forzaron a subir a bordo disparando sus armas de forma indirecta, y que antes de hacerlo les quitaron todas sus pertenencias, incluidos los teléfonos móviles", aseguró.

"Aunque es la primera vez que recogemos este tipo de testimonios, nos preocupa mucho", añadió el portavoz de la OIM. "Muchos testigos han contado que no tuvieron que pagar por la travesía hasta Lampedusa y otros aseguran haber pagado solo una tasa simbólica". En contraste, los cerca de 28.000 tunecinos llegados a Italia desde enero han contado que el pasaje cobrado por las mafias que organizan los viajes cuesta entre 1.200 y 1.500 dólares (840 a 1.050 euros).

Durante el fin de semana, 1.871 inmigrantes africanos procedentes de Libia lograron llegar a Lampedusa en cinco barcos distintos. Uno de ellos, que llevaba a 528 personas, encalló en las rocas cerca del puerto. Gracias a un rescate dramático y a la ayuda de militares y civiles, solo se registró la muerte de tres personas.

Los testimonios difundidos por la OIM no son el único indicio de que el coronel Gadafi ha decidido poner en marcha la guerra de las barcazas. Según el Consejo Nacional de Transición, el gobierno formado por los líderes de la rebelión en Libia, los desembarcos con destino a Europa tienen el objetivo de desestabilizar a los Gobiernos y a la opinión pública occidental.

Según los rebeldes, el hombre que se ocupa de los fletes es Zuhair Adam, un alto oficial de la Armada libia bien conocido de las autoridades italianas. Según el diario italiano L'Unità, Zuhair fue uno de los militares libios invitados por el Ministerio del Interior italiano hace un par de años para recibir cursos de formación en técnicas de patrulla costera contra la inmigración ilegal. Eran otros tiempos.

Entonces pocos habrían imaginado que el régimen libio pudiera llegar a utilizar sus tropas y puertos para gestionar las salidas de inmigrantes. La portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Italia, Laura Boldrini, explica que casi todos los refugiados que viajan a Malta e Italia por mar lo hacen "en viejos pesqueros de tamaño muy grande, y por tanto más difíciles de guiar. Son cáscaras de nuez sobrecargadas que ponen en peligro la vida de sus ocupantes en todo momento".

ACNUR llamó el lunes a los barcos militares y pesqueros que navegan por el Mediterráneo cerca de las costas de Libia y les pidió estrechar la vigilancia y ofrecer ayuda y rescate a cuantas barcazas encuentren en el mar. "Por naturaleza, todos esos barcos están en grave riesgo, aunque pueda parecer que no. Hace falta socorrer a todos", dice Boldrini, que señala que las estimaciones menos pesimistas hablan ya de más de 1.000 muertos en tres meses.

Mientras tanto, la cifra de personas que abandonan Libia no deja de aumentar y son ya 746.080 los desplazados. Los últimos datos de la OIM, del 8 de mayo, señalan que Túnez ha recibido 360.879 llegadas; Egipto, 269.903; Níger ha recibido ya a 61.244 desplazados; Chad, 23.513; Argelia, 18.151, y Sudán, 2.800. Sigue siendo mucho más reducida la cifra de personas que ha llegado hasta Italia (10.371) y Malta (un millar).

La OIM está tratando de prevenir más desembarcos evacuando por mar a los inmigrantes atrapados en Misrata, la ciudad asediada por las bombas de Gadafi. Hasta ahora, la organización no gubernamental ha trasladado por barco hasta Bengasi a 6.263 refugiados.

Dos agentes de la Guardia de Finanzas italiana controlan el tránsito de barcos desde Lampedusa.
Dos agentes de la Guardia de Finanzas italiana controlan el tránsito de barcos desde Lampedusa.FRANCESCO ALESI (PARALLELOZERO)

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