Dudas en el Congreso sobre el órdago del PNV
La política española no es cosa de ancianos. En los pasillos del Congreso hay muchas menos canas que en cualquier otro Parlamento de Europa. Pero aún así, hay mucha veteranía. Los diputados que llevan tres o cuatro legislaturas lo han visto casi todo. Y la sensación generalizada ayer en esos pasillos, en todos los partidos, un día después del órdago del PNV y su anuncio de dejar en suspenso la colaboración parlamentaria con el PSOE, es que se trata de fuegos artificiales electorales que quedarán en nada.
Casi nadie, salvo los propios diputados nacionalistas, que insisten en la gravedad de la situación, se cree el órdago del PNV. Uno de esos diputados veteranos, que lleva años pactando de todo con los nacionalistas vascos, lo explica con un análisis de fondo. El PNV, dice, podrá forzar una u otra votación poco relevante estos días, pero no se puede permitir el lujo de dejar caer al Gobierno de Zapatero y forzar un adelanto electoral en otoño que podría traer la mayoría absoluta del PP. "Ni al PNV ni a CiU les interesa ese escenario. Ya lo vivimos. Para PNV y CiU es clave que el partido del Gobierno les necesite. Sería una locura forzar elecciones", explica otro veterano.
Un tercer diputado, con acceso a miembros del Gobierno, explica que Zapatero apurará hasta el final, con respaldo implícito de CiU y PNV, por dos motivos. Uno, porque cuanto más tarde, más recuperación económica se espera. Y dos, porque el PP tendrá que gobernar la crisis en sus autonomías y Ayuntamientos. Con las cuentas bajo mínimos, tendrá que hacer recortes tras las elecciones y sufrirá un deterioro similar al que CiU está teniendo en Cataluña, explica.
Necesita el voto del PSE
En el PSOE están inquietos, pero confían en que sea pasajero y vuelva el apoyo tras las elecciones. Muchos diputados recuerdan que el PNV necesitará el voto del PSE para gobernar en las diputaciones vascas y algunos Ayuntamientos. Los nacionalistas avisan: a partir de ahora, se pensarán cada votación. La semana que viene hay una prueba de fuego: la reprobación de Manuel Chaves que pide el PP. Mañana hay una reforma del ICEX, y después, llegan leyes clave como la reforma de la negociación colectiva.
Mientras, en el PP están animados, porque aunque no ven muy claro si habrá elecciones anticipadas -depende del tamaño de la derrota socialista el 22 de mayo, analizan- creen que este movimiento del PNV refuerza el discurso de Rajoy, que pide elecciones insistentemente.
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