Necesitan explicarse
Nunca ETA, en su historia, se había dirigido a las patronales vasca y navarra por carta para notificarles que se cancela la extorsión. Curiosamente, lo anunciaron portavoces de la izquierda abertzale en declaraciones posteriores al comunicado de la tregua de ETA del 10 de enero en las que explicaron que la expresión de alto el fuego "general", que aparecía en dicho comunicado, significaba el cese de la extorsión.
Pero el anuncio de ETA y su explicación posterior pasaron entonces muy desapercibidos y por ello se ha visto obligada, ahora, a resaltar su importancia por un procedimiento espectacular: que sean las víctimas de la extorsión las que lo anuncien para que sea creíble.
ETA está percibiendo que pasaron los tiempos en que se leían sus comunicados buscando en sus líneas la clave de su estrategia. El comportamiento de la sociedad, de los medios y los partidos cambió radicalmente tras el atentado de la T-4, de diciembre de 2006, que enterró el último proceso de final dialogado del terrorismo.
ETA tiene un problema de credibilidad. Nadie confía en lo que diga o deje de decir y apenas interesa. La existencia de la carta a los empresarios muestra que ETA percibe que se está haciendo eco de la presión de la izquierda abertzale, que lleva tiempo señalándole que la sociedad ha cambiado.
Lo que de verdad espera la sociedad de ETA y lo que suscitaría el cambio radical es que anuncie el cese definitivo de la violencia. Pero, hasta llegar a ese momento, todo lo que sean pasos relevantes en esa dirección, como es la desaparición de la extorsión, son bien acogidos. Y el fin de la extorsión lo es y mucho porque supone su renuncia a una fuente clave de financiación, que es lo mismo que apuntar hacia su final.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.