El mes perdido de Sergio
Un repartidor permaneció 61 días en el hospital porque le cayó encima un barril de cerveza que descargaba
Sergio Estévez perdió un mes de vida y no se dio cuenta. Permaneció en coma inducido durante 10 días y tardó dos semanas más en ser consciente de lo que le había pasado. Un barril de cerveza que descargaba del camión de reparto en el que trabajaba se le vino encima el 10 de noviembre de 2010 y le provocó un "traumatismo craneoencefálico severo y sangrado por los oídos", según el informe in situ del Summa 112.
Parece que su cerebro hubiera borrado el incidente de la memoria. "Solo recuerdo que descargué el primer barril sin problemas, luego fui a por el segundo y ya no sé más", relata el hombre de 38 años. El resto lo cuenta como si hablara de otra persona porque lo que sabe es lo que le han contado. La versión de la Policía Judicial y de un portero de la zona es que se cayó del camión y acabó con el cargamento de cerveza sobre su cuerpo. Lo que le cuenta su esposa es que ingresó en estado grave en el hospital Clínico San Carlos donde tuvieron que operarle a vida o muerte.
Hay cinco veces más accidentes en el sector servicios que en la construcción
De los 10 camiones de la empresa solo tres tenían medidas de seguridad
Han pasado cinco meses y sigue de baja laboral recuperándose de las heridas. En el espejo de su casa se mira la cicatriz que recorre su cabeza de oreja a oreja. Es la marca que le ha dejado la craneotomía que tuvieron que practicarle los cirujanos para evitar lesiones cerebrales. Simplificando el problema: el órgano comenzó a hincharse dentro del cráneo como consecuencia del golpe recibido y había que aliviar de alguna manera la presión. Los médicos lo intentaron primero con un catéter, pero no fue suficiente. Al final, retiraron parte del hueso frontal que impedía al cerebro expandirse. Sergio Estévez permaneció con la cabeza vendada y sin parte del cráneo más de un mes: del 16 de noviembre al 4 de enero.
El día anterior a la noche de Reyes volvieron a operarle para recolocar el hueso. Llevaba 55 días ingresado curándose de las heridas que había sufrido por la falta de prevención de riesgos laborales de su empresa. El trabajor asegura que de los 10 camiones que tiene la compañía de distribución, solo tres disponen de alguna medida de seguridad. "El empresario debe aportar la formación oportuna y el material de seguridad: faja dorsolumbar y calzado, por ejemplo", apunta Rosa Robledano, que desde UGT asesora al trabajador y su mujer sobre sus opciones legales. "Se ha producido un incumplimiento total de la prevención", denuncia la secretaria de Salud Laboral del sindicato.
El matrimonio está buscando asesoramiento con la intención de "hacer justicia", explica Begoña Pérez, la esposa, de 39 años. "Si se consigue en un caso, será más fácil para otros. El silencio nos convierte en cómplices de la situaciones futuras", reflexiona. En lo que va de año, el número de accidentes laborales en el sector servicios (15.131) es cinco veces superior a los ocurridos entre los trabajadores de la construcción (3.192) o de la industria (3.087), según el informe provisional de siniestralidad laboral del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Comunidad de Madrid. Más de 15.000 personas han sufrido accidentes leves, 74 con lesiones graves y 11 se han dejado la vida en el trabajo.
El secretario de Salud Laboral de CC OO, Carmelo Plaza, afirma que los accidentes laborales están directamente relacionados con la precariedad. "Los accidentes que se registran tienen un perfil demasiado evidente, se ve que va a pasar, que el accidente está ahí: a la gente se la contrata sin derechos, con un bajo salario". Plaza recuerda el caso de una limpiadora que murió en marzo aplastada por un ascensor porque un compañero se despistó y retiró el pie de la puerta que mantenía bloquedo el elevador. "Me impresionó porque era una muerte tan absurda y tan fácil de evitar...", se lamenta.
Sergio Estévez no perdió la vida, pero estuvo 61 días hospitalizado. Durante un mes ni siquiera era él mismo. Su esposa recibió los daños colaterales de un accidente que podría haberse evitado colocando "una barra en el camión para sujetarse", como el empleado sugirió en una ocasión a la empresa para la que trabaja.
Estévez se perdió el cumpleaños de su hijo de cinco años, "y la Navidad y los Reyes Magos y todas esas fechas que son importantes para un niño", se queja el padre. "Y todo por ir a trabajar", protesta su mujer, "lo triste es que esto sea el resultado de no tener un trabajo seguro".
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