Berlusconi se absuelve a sí mismo de todos los cargos
Niega las acusaciones en el 'caso Mediaset' y dice que son "demenciales"
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, regresó ayer al Tribunal de Milán, esta vez para asistir a la segunda vista del caso Mediaset, en el que está acusado de fraude fiscal en la compraventa de los derechos televisivos junto a otros nueve socios y empleados. Berlusconi aprovechó de nuevo la cita para convocar a sus seguidores y propinar un mitin de corte subversivo en la puerta del palacio de Justicia, con feroces ataques a la magistratura y la prensa. A la salida del juzgado, cogió un micrófono y afirmó: "Me marcho con una sensación dramática de pérdida de tiempo, he vivido una mañana surrealista. Gracias por vuestro apoyo, que es merecidísimo".
Luego repitió los ataques que había anticipado ante la prensa cuando llegó al tribunal. "Los fiscales trabajan contra el país, trabajan para ensuciar mi imagen, que al fin y al cabo soy un señor rico, y la del país", dijo. "¿Condenarme? Ni en sueños. Todas las acusaciones son risibles, demenciales, infundadas".
Según los fiscales del caso Mediaset, Berlusconi y su grupo empresarial hicieron operaciones por valor de 470 millones de euros, inflando artificialmente el precio real de los derechos, a través de empresas registradas en paraísos fiscales pertenecientes al jefe del Ejecutivo con el fin de evadir impuestos en Italia.
Al abandonar la sala, Berlusconi tuvo un breve incidente con el periodista de La Repubblica Giuseppe D'Avanzo, al que llamó "señor Stalin". Dentro, el espectáculo no fue menos sorprendente. Después de saludar a los jueces, Berlusconi se acercó hacia los dos fiscales, Fabio de Pasquale y Sergio Spadaro, les estrechó la mano, y mirando a De Pasquale, espetó: "Usted es el malo". Seca respuesta del fiscal: "Conténgase". Berlusconi: "Conténgase usted con las acusaciones". Y De Pasquale: "Las acusaciones son mi trabajo, los chistes no".
Berlusconi comentó con la prensa detalles del caso Ruby, en el que está acusado de prostitución de menores y abuso de poder: "A Ruby le di dinero para evitar que se prostituyera", explicó de modo inesperado. "Y llamé a la policía cuando estaba detenida porque soy amabilísimo y para evitar un incidente diplomático". Berlusconi sigue sosteniendo que pensaba que la joven marroquí era sobrina del entonces presidente egipcio Hosni Mubarak.
Sus seguidores, convocados por el Pueblo de la Libertad, llegaron en autocares y recibieron al líder agrupados ante un escenario decorado con grandes globos azules donde se leía: "Silvio, resiste". La canción Menos mal que tenemos a Silvio sonó por los altavoces durante toda la mañana. Al acabar el mitin, el fiscal jefe de Milán emitió una nota en la que afirmó escuetamente: "Los fiscales trabajan para el país". La magistratura milanesa lamentó que el circo "perturbara el normal desarrollo de la jornada judicial".
La oposición en bloque censuró la "intolerable y peligrosa" actitud de Berlusconi. Según dijo el Partido Democrático, "su populismo mediático intenta minar los cimientos democráticos", y le coloca "al límite de la subversión". Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores, afirmó que "el primer ministro ha puesto en marcha un golpe subversivo contra el Estado de derecho". Di Pietro pidió al presidente de la República que actúe "contra la deriva antidemocrática antes de que sea demasiado tarde".
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