La OTAN rechaza de plano armar a los rebeldes
"Estamos allí para proteger a los civiles libios, no para armarlos". El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dejó ayer meridianamente clara la posición institucional de la Alianza Atlántica ante la posibilidad, considerada por algunos, de armar a los alzados contra Muamar el Gadafi. Como consecuencia, la OTAN, que ayer asumió la dirección única de la intervención militar en Libia, seguirá impermeabilizando las costas libias para evitar toda llegada de material bélico. Por ahora. Como dijo el almirante Gianpaolo di Paola, presidente del Comité Militar de la Alianza, "si hoy un barco lleva armas o mercenarios, lo capturaremos; si mañana hay otra situación, actuaremos en consecuencia".
Los aliados están divididos sobre si armar a los rebeldes o no, con reacciones que van de la ambigüedad a la negativa en redondo. Algunos, como Washington o Londres, han dejado entender que se podría armar a los antigadafistas con una determinada interpretación de la resolución 1973 de la ONU. La mayoría de los aliados -entre los que hay que contar a España, Bélgica, Dinamarca, Noruega o Francia- se han manifestado en contra y creen que haría falta una nueva resolución.
Contra la resolución
El ministro de Defensa francés, Gérard Longuet, consideró ayer incompatible con la resolución de Naciones Unidas proceder a ese aprovisionamiento. "No es un asunto que toque ahora", declaró. Catar, uno de los países árabes que ha ofrecido aviones a la Operación Protector Unificado, abunda en la idea: "La cuestión libia es un asunto humanitario de protección a civiles y nada más". Una fuente diplomática asegura que el asunto no se ha discutido en la Alianza.
Lo que sí hay sobre el terreno, según informaciones confidenciales, son soldados de élite occidentales que ayudan a los aliados a identificar objetivos militares. "Nosotros recibimos inteligencia de los aliados, pero no les preguntamos de dónde viene", explica el almirante Di Paola.
El teniente general canadiense Charles Bouchard, responsable directo de Protector Unificado, valoró ayer la transición de responsabilidad desde la coalición internacional y no dio cuenta de ningún incidente en sus primeras horas de mando. Pero ha heredado el de las 40 muertes de civiles producidas en fecha no determinada en Trípoli, según la Iglesia católica en Libia. "Me tomo en serio la información. Estamos investigando", declaró Bouchard por videoconferencia desde su cuartel general en Nápoles.
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