Carlos y Camila, de tapas en Madrid
Cita con empresarios, paseo por la calle y cena de gala para los herederos británicos
Era una cita de debutantes. Los príncipes de Asturias ejercían por primera vez como anfitriones en una visita oficial y el príncipe de Gales y su esposa, la duquesa de Cornualles, visitaban también por primera vez España de manera oficial. Las dos parejas reales iniciaron ayer en Madrid dos jornadas de trabajo que para el heredero del trono británico se extenderán a partir del viernes a Andalucía. Hubo tiempo para reunirse con empresarios, pasear por las calles, tomarse una tapa en el mercado de San Miguel y para la cena de gala en el palacio Real.
Carlos de Inglaterra y Felipe de Borbón comparten su interés por el medio ambiente y el desarrollo de las energías renovables. Por eso muchos de los actos programados para estos días están relacionados con empresas que trabajan en este campo. Tras el primer saludo en el palacio del Pardo de las dos parejas, en un mediodía primaveral que vendrá bien para promocionar el turismo en España en Reino Unido, Carlos se marchó a la Real Casa de Correos, donde la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, con la condecoración que la acredita como Dama Comandante honoraria de la Orden del Imperio Británico, le esperaba para asistir a una reunión con 12 grandes empresarios: Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente del Grupo Santander; Rafael del Pino, presidente de Ferrovial; Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Jorge Calvet, presidente de Gamesa; Ramón Alejandro Balet, presidente de Saica; Carlos López Blanco, director de la Oficina Internacional de Telefónica; Antonio Vázquez, presidente de IAG; Baldomero Falcones, presidente de FCC, y Salvador Alemany, presidente de Abertis.
Don felipe pidió por la noche "avanzar con gibraltar"
Carlos se interesó por sus proyectos pero no habló mucho. El príncipe intenta reducir al máximo sus discursos. De hecho, solo pronunciará dos durante su estancia en Madrid. Desde hace tiempo el heredero, y tras varias meteduras de pata, prefiere guardar silencio siempre que puede. La Embajada británica, que ha colaborado en la organización del viaje de Carlos de Inglaterra y Camila, ha dado preferencia a los periodistas gráficos. La pareja prefiere ante todo que les hagan fotos. Entre otras cosas por eso ¡Hola! tiene acceso privilegiado a todos los actos de la pareja en España. La deferencia hacia la revista se debe a la implantación que la publicación tiene en Reino Unido, y a que Camila está decidida a conquistar sus páginas como en su día lo hizo Lady Di, que se convirtió en uno de los personajes favoritos de la publicación.
Era casi la hora del té cuando el príncipe Carlos abandonó la reunión con los empresarios en la Puerta del Sol. El heredero se marchó por una de las puertas de atrás de la Real Casa de Correos para dirigirse hasta la plaza Mayor y visitar un autobús que tiene instalado Iberdrola, dentro de una campaña para hablar del desarrollo sostenible. En su camino por las calles del Madrid de los Austrias, Carlos se topó con un grupo de niños del King's College, uno de los colegios británicos en Madrid, y del colegio Federico García Lorca, centro que forma parte de la red de colegios bilingües de la Comunidad de Madrid. "Ha sido muy majo", ha dicho una de las profesoras que acompañaban a los chicos, que daban la bienvenida al príncipe británico con banderas de su país y camisetas de David Villa.
Carlos luego se dirigió hasta el mercado de San Miguel, donde se había citado con Camila. La pareja recorrió varios puestos y probó algunos de sus productos, pero no el jamón serrano, que rechazaron para "más adelante". Eso sí, se tomaron una crema de yogur con albaricoque en la yogurería ubicada en el local 11 del mercado. "Very good", señalaron ambos, ante la sonrisa del tendero.
Desde allí, la pareja acudió a la Embajada británica para una recepción. Y tras cambiarse de ropa, llegaron justos al palacio Real de Madrid, donde les aguardaban los príncipes de Asturias, de nuevo sus anfitriones, y 100 invitados, entre ellos la duquesa de Alba, quien en su día fue compañera de juegos de la reina Isabel II. Cayetana fue del brazo de su hijo Alfonso. En el discurso, el príncipe Felipe pidió "avanzar con Gibraltar", al que calificó como "un contencioso histórico bilateral pendiente".
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