El equipo de emergencia abandona un reactor de Fukushima por la radiación
Los expertos creen que podría haber una fuga de agua contaminada
Parte de los trabajadores de los equipos de emergencia que desde hace dos semanas luchan para estabilizar la central nuclear de Fukushima I se vieron obligados ayer a evacuar el reactor 2 ante los altos índices de radiactividad. Tokyo Electric Power (Tepco), la empresa que opera la planta, aseguró que había detectado un nivel de radiación de 1.000 milisievert por hora en agua, que sospecha que procede de una fuga del reactor.
"Es un valor muy elevado", afirmó Hidehiko Nishiyama, portavoz de la agencia de seguridad atómica de Japón, quien añadió que había una "alta probabilidad" de que el agua contaminada proviniera de una fuga en el segundo de los seis reactores que tiene la central. Existe la posibilidad de que las vasijas de las barras de combustible usado o el sistema de tuberías estén dañados. Algunos expertos extranjeros afirman que estos niveles de radiactividad en el agua indican que el núcleo del reactor se ha fundido en parte.
La compañía que opera la planta rectificó una medición exagerada
El 58% de los japoneses critica la gestión del Gobierno en la crisis nuclear
Una única dosis de 1.000 milisievert puede causar mareo, náuseas y vómitos y, según la agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, es suficiente para provocar hemorragias. Se considera que una exposición a 100 milisievert por año es el umbral a partir del cual es evidente el incremento del riesgo de sufrir cáncer.
Tepco dijo inicialmente que la cantidad de yodo radiactivo en el agua era 10 millones de veces superior a la normal, pero más tarde rectificó y aseguró que había cometido un error de medición y que se trataba de 100.000 veces.
Los técnicos bombearon el agua radiactiva de los reactores, después de que el sábado pasado Tepco reconociera que la radiación en el mar junto a la planta atómica se ha disparado en los últimos días, hasta alcanzar el viernes pasado 1.250 veces el límite legal. Ayer llegó a 1.850 veces. La extracción del agua radiactiva de las unidades se ha convertido en una prioridad, lo que ha retrasado los trabajos para restablecer los sistemas de refrigeración de la planta, que resultó gravemente dañada como consecuencia del terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo.
Yukio Edano, portavoz del Gobierno, afirmó que la situación en Fukushima I, situada unos 240 kilómetros al norte de Tokio, permanece sin grandes cambios y que "llevará algún tiempo extraer el agua, garantizando al mismo tiempo la seguridad de los trabajadores". Dos de las unidades de la central están en un estado considerado seguro, mientras las otras cuatro aún son inestables.
El proceso de enfriamiento de los reactores ha tenido que ser suspendido en varias ocasiones, debido a explosiones y picos de radiactividad. El jueves pasado, tres técnicos se vieron expuestos a grandes cantidades de radiación, y dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados con quemaduras porque vestían equipos de protección inadecuados.
El alargamiento de la crisis inquieta en Japón, donde mucha gente vive en un estado de ansiedad, agravado por las noticias surgidas en los últimos días sobre la contaminación del agua, la leche y las verduras de las prefecturas cercanas a la instalación atómica.
En Chernóbil (Ucrania), que sufrió en 1986 el peor accidente nuclear ocurrido en el mundo hasta la fecha, fueron necesarias semanas para estabilizar lo que quedaba del reactor que explotó, y meses para limpiar la radiactividad y cubrir la central con un sarcófago de hormigón y acero.
Según una encuesta hecha pública ayer por la agencia de noticias Kyodo, el 58% de los japoneses critica la gestión de la crisis nuclear por parte del Gobierno, pero más del 50% aprueba los esfuerzos de rescate y ayuda a los damnificados por el terremoto y el tsunami. Un total de 10.668 personas han muerto y 16.574 han desaparecido en el desastre natural, según las últimas cifras oficiales.
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