La UE habilitará centros de acogida de refugiados en las fronteras libias
Obama llama a Sarkozy y Cameron para analizar una actuación conjunta
Bruselas vivió ayer una jornada de compás de espera ante la crisis libia en la que Hungría, como presidencia de turno, reveló que para evitar un hipotético éxodo de refugiados hacia Europa, la UE potenciará todos los medios para atender a quienes huyen a través de las fronteras con Túnez y Egipto. El presidente de EE UU, Barack Obama, telefoneó a su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, para analizar una respuesta conjunta. Tras la conversación, París anunció que pedirá una nueva reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU e instó a la "adopción rápida" de "medidas concretas" en el seno de la UE. Obama tenía previsto conversar también con el primer ministro británico, David Cameron.
Putin dice que "los pueblos deben construir su futuro sin injerencias"
Fuentes europeas se molestaron ayer cuando se les hizo notar que la pasividad de la Unión ante la crisis en su vecindad mediterránea solo desaparecería cuando Estados Unidos tomara iniciativas a las que poder valientemente sumarse. Las cosas parecían moverse en esa dirección cuando trascendió que Obama iba a tratar con Sarkozy y Cameron un plan de actuación conjunta y cuando Washington anunció que propondrá la expulsión de Libia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El Consejo se reúne hoy Ginebra para tratar la crisis y la UE ya ha anunciado que actuará en función del resultado del debate. Catherine Ashton, la coordinadora de la Política Exterior comunitaria, tiene previsto acudir a Ginebra el lunes. Su entorno solo anunció que se entrevistaría con Hillary Clinton, sin aportar ninguna idea o iniciativa propia.
Para explicar la pasividad y el desconocimiento de lo que pasa en Libia, una fuente comunitaria explicó que "ni la Unión tiene misión en Trípoli ni hay país de la UE que pueda hacer de líder allí". Si Washington se moviliza, la política exterior de la UE habrá encontrado fuera el líder que no es capaz de hallar dentro. Suiza se adelantó ayer a los Veintisiete anunciando que congela los fondos de Gadafi. Lo más que hizo Bruselas por deshacerse del coronel libio fue retirar ayer la foto en la que Javier Solana le visitaba en la jaima que instaló en la capital belga en su visita de 2004.
París y Londres han hecho manifestaciones que van más allá de la retórica de indignación moral que ha venido produciendo la Unión. "Esta violencia constituye un crimen contra la humanidad", se escuchó en París, expresión sobre la que Ashton no se atrevió a pronunciarse. "Esperemos a ver qué dice el Consejo de Derechos Humanos", señaló su portavoz.
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, que viajó a Bruselas acompañado de 13 ministros para reunirse con la Comisión, compartió la preocupación manifestada por el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, sobre la situación en Libia, pero alertó contra los riesgos de la injerencia. Recordó con ironía cómo los resultados pueden no ser los buscados: "Occidente apoyó a Jomeini y ahora combate el programa nuclear de Irán. Pidió elecciones democráticas en Palestina y se encontró con Hamás, al que considera terrorista". Su corolario: "Los pueblos tienen derecho a construir su futuro sin intervención exterior".
Los contactos de Obama con Sarkozy y Cameron sugieren una medida de fuerza sobre Libia, que en una potencial vertiente militar revoloteó ayer en Bruselas debido a que responsables comunitarios señalaron que se estaban estudiando todos los escenarios de posible de evacuación de europeos. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, subrayó que la Alianza "no tiene planes de intervención". Cualquier acción, añadió, "debería basarse en un mandato de la ONU".
Los ministros del Interior de la UE tampoco abordaron el asunto. Acuciados por un potencial éxodo de refugiados, el húngaro Sandor Pinter dijo que están "estudiando todas las medidas para evitarlo". "Hay que ayudar a que las fronteras de Libia estén en condiciones para que no tengan que venir a la UE. Por ahora no hay señales de que vayan a venir".
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