Arenas pide un pacto para cambiar la figura del imputado

Hasta ahora era un debate que se mantenía en privado, donde muchos dirigentes políticos se quejan de que la presunción de inocencia no parece regir cuando hay casos de corrupción. Pero en público nadie había sido tan claro como Javier Arenas ayer, en Radio Nacional. El hombre fuerte del PP pidió una reflexión conjunta de los dos grandes partidos para alcanzar un acuerdo para redefinir la figura del imputado.

Arenas se quejó de que lo que se introdujo como una reforma para hacer más garantista el proceso penal, esto es la posibilidad de acudir con abogado al ser incluido por cualquier motivo en una causa -eso es lo que supone la figura del imputado- se ha convertido, política y mediáticamente, en una especie de condena anticipada antes incluso de que haya elementos definitivos o un auto de imputación, donde se detallan las pruebas que obran contra el imputado.

Los partidos están de acuerdo en el problema, pero no negocian arreglarlo

El vicesecretario de Política Autonómica explicó después a EL PAÍS que se trata de una reflexión personal y que no hay ningún tipo de conversación entre los dos grandes partidos para reformar la figura del imputado. Sin embargo, a pesar de que ambas formaciones son muy duras con los casos de posible corrupción del rival -el PSOE lo es con Gürtel y el propio Arenas lo fue con el caso de los ERE presuntamente fraudulentos de Andalucía- la preocupación de fondo sobre la figura del imputado es compartida.

El PSOE acaba de comprometerse a que no habrá en sus listas ningún condenado por corrupción. A la hora de hablar de imputados, ha hilado más fino. Ha prometido que no habrá imputados por corrupción siempre que además estén acusadas de enriquecimiento ilícito. Antonio Hernando, responsable de Política Municipal del PSOE, asegura que su partido no está planteando, como Arenas, ninguna reforma de la figura del imputado pero sí admite el problema al señalar que lo que se pensó como algo que "trataba de impedir la indefensión de la persona", esto es la imputación, "socialmente se ha equiparado prácticamente con la figura del culpable". "Hay una condena social y sobre todo mediática antes de tiempo", señala Hernando.

Sin embargo, aunque estén de acuerdo en el fondo, los partidos no están negociando nada sobre el asunto ni parece que esté cercano un acuerdo, precisamente ahora que arranca el periodo electoral. Hernando y Juan Manuel Moreno, su homólogo en el PP, discutieron durante semanas para tratar de alcanzar algún pacto de mínimos de ambos partidos a la hora de enfrentarse a la corrupción, pero de momento nada se ha logrado.

En cualquier caso, Arenas no planteó esa reflexión de forma casual. Lo hizo para defender a Francisco Camps, de quien el PSOE ha pedido hace tiempo la dimisión pero no tanto por estar imputado en un caso de cohecho -donde ya tiene auto de imputación y confirmación por el Tribunal Supremo de la oportunidad de abrir juicio-, sino por haber mentido en el asunto de los trajes y sobre todo por haber alimentado con contratos públicos una trama de corrupción, la Gürtel, que solo en la Comunidad Valenciana obtuvo contratos públicos por ocho millones de euros sin contar la comisión de un millón que se llevó por la visita del Papa, según la contabilidad B localizada en las empresas de la trama. Arenas insistió en que el PP cree en la inocencia de Camps y por eso será el candidato.