Los manifestantes chiíes en Bahréin claman por la salida del primer ministro
Los disturbios se radicalizan en el emirato tras la muerte de dos jóvenes
Miles de bahreiníes se manifestaron ayer por tercer día consecutivo para reclamar reformas políticas. Animados por las recientes revueltas en Egipto y Túnez, los chiíes, que constituyen la mayoría de la población autóctona de Bahréin, reclaman una monarquía constitucional que garantice sus derechos en igualdad con los de la minoría suní gobernante. La oposición ha convocado nuevas protestas el viernes y el sábado.
La muerte de dos jóvenes chiíes en enfrentamientos con la policía en dos días ha enardecido a los manifestantes, que exigen el cese del primer ministro, el jeque Khalifa bin Salman al Khalifa. El jeque Khalifa, tío del rey, lleva al frente del Gobierno desde la salida de los británicos en 1971. Por ahora, no parecen apuntar más arriba. No obstante, durante el entierro de Ali Fadhel al Matruk, el segundo de los jóvenes fallecidos, se oyeron gritos de "el pueblo quiere la caída del régimen", según France Presse.
La oposición chií no desea un Estado religioso como el del régimen iraní
En Irán, las webs hablan de 1.500 detenidos tras las protestas del lunes
Ese lema se popularizó durante las revueltas de Egipto y Túnez. Y para que no quepa duda de sus intenciones, los cientos de manifestantes instalados en la plaza de la Perla, en el centro de Manama, la han rebautizado de la Liberación, como la plaza de El Cairo que se convirtió en el símbolo del levantamiento popular contra Hosni Mubarak. La policía irrumpió esta madrugada en la plaza y usó gases lacrimógenos para dispersar a los concentrados, señalaron varios testigos a Reuters. Fuentes de la oposición señalaron que en el desalojo resultó muerta una persona.
Los chiíes llevan años quejándose de discriminación y falta de libertades políticas. Entre 1994 y 1999, sus protestas se saldaron con 40 muertos. Ahora los manifestantes se esfuerzan por dejar claro que no tienen ningún motivo sectario y que el vecino Irán no está involucrado. El líder de la oposición chií, el jeque Ali Salmán, aseguró durante una conferencia de prensa que no quieren ni la caída del régimen ni la instauración de un Estado religioso como el iraní. Su aspiración, dijo, es "un Estado democrático, una monarquía constitucional, en la que el Gobierno sea elegido por el pueblo". La Casa Blanca pidió a las autoridades que respeten el derecho de manifestación, informa France Presse.
Flanqueado por Arabia Saudí y Catar, Bahréin es mucho menos rico en petróleo que sus vecinos. El reino, que alberga la V Flota estadounidense, es un centro financiero. La televisión estatal, que apenas mencionó la protesta, mostró imágenes de una manifestación de apoyo al rey Hamad en la localidad suní de Riffa.
En Irán, partidarios del Gobierno y simpatizantes de la oposición se enfrentaron durante el funeral de Sanee Zhaleh, el estudiante muerto por herida de bala durante la manifestación reformista del lunes. La agencia Fars, próxima a la Guardia Revolucionaria, aseguró que Zhaleh era miembro del Basij, la milicia auxiliar de ese ejército ideológico que fue instrumental en la supresión de las protestas poselectorales en 2009. Las webs opositoras no niegan que Zhaleh fuera un basiyí, pero insisten en que participaba en la protesta como opositor.
La del lunes fue la mayor manifestación reformista en 14 meses. El líder opositor Mir Hosein Musaví la calificó de "gloriosa". Las webs reformistas hablan de 1.500 detenidos. El vicejefe de la policía de Teherán, Ahmad Reza Radán, aseguró que solo habían participado 150 personas, según Fars. Su cifra solo agrandaría la brutalidad de la represión, ya que él mismo anunció que un segundo herido de bala había muerto el martes y había otras ocho personas hospitalizadas por la misma causa.
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