Los Hermanos Musulmanes, pioneros del islamismo político, buscan la moderación
Los Hermanos Musulmanes, cuyos delegados se reunieron ayer -pese a ser una organización ilegal- con el vicepresidente Omar Suleimán para buscar una salida a la crisis que azota Egipto, son los pioneros del islamismo político y los inspiradores de buena parte de los grupos islámicos radicales. Sin embargo, en la actual revuelta los Hermanos Musulmanes han tenido un especial interés en mostrar su cara más moderada, su voluntad de diálogo y su disposición a formar parte del nuevo Egipto democrático como una fuerza política más.
Hasan al Bana fundó en 1928 los Hermanos Musulmanes para expandir los valores islámicos entre una población que se occidentalizaba bajo el dominio británico. Combinó la labor caritativa, con la educativa. Además de enseñar los principios islámicos se defendía un Estado libre del yugo colonial y gobernado por la sharía o ley islámica. Ahora, aunque no han renunciado a su imposición, aseguran que no es ese su objetivo.
Enfrentados de forma cada día más violenta al poder colonial, los Hermanos Musulmanes fueron ilegalizados en 1948, después de que se les acusara de estar detrás del asesinato del entonces primer ministro Mahmud al Nugrashi. Aunque Al Bana lo rechazó, fue asesinado poco después por, según sus seguidores, policías vestidos de civiles.
La organización no fue legalizada hasta la caída de la monarquía y la salida de los británicos, tras el golpe de Estado de Gamal Abdel Nasser. Los Hermanos Musulmanes llegaron a la nueva República como una fuerza muy compacta cuya filosofía se radicalizaba con los sermones de Sayid Qutb, su principal ideólogo tras la desaparición del fundador.
El periodo de gracia duró apenas dos años. La animadversión entre Nasser y los Hermanos Musulmanes fue evidente. El atentado fallido contra el presidente más popular de Egipto, en 1954, sirvió para desatar la caza de miembros de esta organización.
La llegada de Anuar el Sadat, en 1970, tras el fallecimiento de su predecesor, mejoró la situación de los Hermanos Musulmanes, bajo cuyo paraguas comenzaban a surgir grupos armados mucho más violentos, como la Yihad Islámica, y posteriormente la misma Al Qaeda. Sadat fue víctima, en 1981, de la Yihad Islámica por haber firmado la paz con Israel.
Al subir al poder, Hosni Mubarak optó por una cierta tolerancia de la organización, en cuyas filas ganaban espacio los moderados. En 2000 se les autorizó a acudir a las urnas como independientes y obtuvieron 17 escaños. Cuando en las elecciones de 2005 se hicieron con el 20% de los diputados, el régimen se sintió amenazado. De nuevo, muchos miembros de la organización fueron detenidos.
La actual revuelta les pilló desprevenidos y hasta pasados un par de días no se sumaron a ella. La organización, dirigida por Mohamed Badie, sabe que se juega la posibilidad de hacer historia y formar parte de un Gobierno de unidad nacional que siente las bases de un Egipto democrático.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.