Chile, nuevo paraíso del pop
No puede ser casual: todos los entrevistados en este artículo usan el concepto "aislamiento" para referirse a Chile. Los habitantes de esa cinta en el extremo sur de América de 4.200 kilómetros de largo parecen tener claro que lo más peculiar de su república es que está encajonada entre el océano Pacífico y los Andes.
Según los mismos consultados, ese aislamiento sería el que convierte al país de Neruda, Allende y Bolaño en aquel lugar al que el resto del mundo solo presta atención cuando pasa algo grave. Si uno de esos 60 movimientos sísmicos que diariamente lo sacuden se convierte en un devastador terremoto cuyas víctimas se cuentan por miles o si 33 mineros de un remoto lugar llamado Copiapó quedan encerrados bajo tierra 69 días.
"Ha cambiado tanto que 10 años parecen 30. Hoy ser chileno es una ventaja" (Gepe)
Y de ser real, ese aislamiento explicaría lo poco que se sabe de su música. Exceptuando a Víctor Jara, sus artistas no han tenido la internacionalidad de Argentina o Brasil ¿Quién ha oído en España hablar de Los Prisioneros? ¿Cuánta gente aseveraría que Violeta Parra era chilena?
Pero, por debajo, algo pasa: pequeños hitos como 1977, el segundo disco de la rapera Ana Tijoux, nominada para los Grammy en la categoría de mejor álbum latino de rock, música alternativa o urbana. Es la primera candidatura chilena en esos premios desde 2000. O que Mena, de Javiera Mena, y Audiovisión, de Gepe, las indiscutibles figuras del indie de aquel país, hayan resultado ser dos de los discos de pop en español más destacados de 2010. Y es un flujo continuo: en diciembre aparecía en YouTube Los adolescentes, un vídeo con 80.000 visitas que descubrimos que era un tema del disco Música, gramática, gimnasia, de unos tal Dënver. Un dúo de veinteañeros chilenos. Detrás viene un aluvión de nombres: Fakuta, Perroski, Nano Stern, Astro. .. "Durante los últimos 10 años han salido cantidad de bandas con un talento extraordinario, pero que apenas publican cuatro canciones en MySpace antes de desaparecer. Lo que están logrando los artistas que se empiezan a dar a conocer fuera es solo producto de un genuino amor a lo que hacen. Con tanto en contra, siguen y siguen hasta finalmente lograr algo", explica Cristian Ayala, director de Super45, web musical de referencia en Chile.
Porque cuatro álbumes exportables en una nación que apenas ha publicado 70 referencias indies en 2010 es un alto porcentaje. "El dato salió de un periódico, no sabemos cómo de oficial es esa cifra. Pero para lo que estamos acostumbrados, es un símbolo del estado saludable en el que se encuentra la música independiente de Chile. Setenta discos, desde fuera, pueden parecer poquísimos, pero son muchos más que en años anteriores", dice Diego Sepúlveda, de Sello Cazador. "Lo primero es contextualizar", apunta el director de Super45. "Chile tiene 16 millones de habitantes. Cinco en Santiago. El poder adquisitivo no es ni la mitad de lo que es en Europa. Lo otro es la penetración de Internet. Que el 70% de la población tenga una cuenta en Facebook dice mucho". La consecuencia: la mayoría de los sellos son netlabels, con discos disponibles en Internet, pero que no llegan a tener soporte físico.
Cuenta Ayala que este nuevo mundo es consecuencia del fin real de la dictadura de Pinochet. En 1990, tras 17 largos años, el general cedía su cargo, pero su sombra seguía presente. "Recién a principios de 2000 surgieron artistas más jóvenes que no habían crecido en dictadura y no tenían todo ese rollo militante tan noventero de la generación anterior. Esto se manifestaba tanto en su acceso a la música (ya no compraban discos, los bajaban) como en sus influencias iconoclastas (desde el pop más mainstream hasta Violeta Parra). Al principio causó tirria en el ala más militante, pero luego tuvieron que rendirse a la evidencia. Los jóvenes venían escribiendo canciones mejores, y eso manda".
Chile es una rara avis en Latinoamérica. "Aquí todos escuchábamos pop, pero hasta cierto punto nos avergonzaba decirlo", cuenta el director de Sello Cazador. "Veíamos con nuestras familias el Festival de Viña del Mar. Todos sus artistas eran pop. De Camilo Sesto a Backstreet Boys. El pop siempre estuvo allí, pero ha dejado de ser una vergüenza y se convirtió en una identidad generacional".
Un alma pop que, dicen, se remonta a uno de sus hitos, Los Prisioneros. "La new wave en los ochenta fue impulsada por esa banda, la más importante de la historia chilena. Pasaron en dos años de ser influenciados por The Clash a Depeche Mode, New Order y el italo disco sin dejar de llenar estadios o ser contestatarios con la dictadura", explica Ayala. "Tambien hay una discoteque que se llama Blondie en la que ponen puro new wave. Es la más importante de música alternativa y yo fui desde los 16 años", confirma Javiera Mena.
A ella señalan todas las miradas como el desencadenante. Nacida en 1983, es la primera en destacar con su debut en 2006. "El disco tiene repercusión, que hace que otra gente les siga", explica Daniel Hernández, de Federación de Universos Pop, el pequeño sello que ha editado en España a Gepe. "La gente allí es superjoven, 20 o 21 años. Poco a poco, de 2005 a 2010, se crean un circuito y medios. Sobre todo, hay un público que ve que Javiera empieza a despegar, y piensan: '¿Por qué no yo?".
"Ha cambiado tanto que 10 años me parecen como 30. Es que todo ha crecido de manera exponencial, tanto las propuestas musicales como el público y los lugares. Me da la impresión de que la música chilena, en términos generales, aún se encuentra en estado de incubación y falta un poco más para nacer de manera oficial, pero lo que se ve es muy auspicioso. Me parece que Chile, y ser chileno, es una ventaja para hacer música en estos tiempos", dice Gepe. A lo que Javiera Mena apuntilla: "Un periodista colombiano me decía que Chile es el único país que se mira para dentro. En cuanto a música, claro. El latino es más extrovertido, más rockista o caliente.El chileno es diferente, más melancólico, más tímido. ¿Será eso? No lo sé".
Audiovisión, de Gepe, está publicado en Federación de Universos Pop, que editará próximamente, Música, gramática, gimnasia, de Dënver. Mena será editado por Yoyo Industrias/Club Social.
Pequeñas grandes estrellas chilenas para el pop global
Unos cuantos artistas han conseguido trascender el mercado nacional para hacerse un hueco, primero en Latinoamérica y más tarde en Europa. Estos son los nombres a seguir dentro de las nuevas generaciones.
GEPE
"La música de Gepe es folclor con pop", se decía al principio del trabajo de Daniel Riveros, Gepe, nacido en Santiago en 1981 y colaborador a finales de los noventa de Javiera Mena. "Mi principal influencia es de folclor chileno, y dentro de este lo que más llama la atención es la tonada, que es la música del campo de la zona central chilena y que principalmente es cantada por mujeres", explica de su personal fórmula, que incluye dosis de electrónica. Ha publicado cuatro discos desde 2004; tres de ellos han sido editados en España (en tres sellos distintos). Pero ha sido el último, Audiovisión, el que ha logrado una mayor repercusión fuera de Chile.
DËNVER
"Somos de San Felipe, una ciudad que queda como a una hora y media de Santiago. Es relativamente pequeña, cercana a muchas zonas rurales, no hay centros comerciales y casi ningún edificio. Mi hermana comenzó a pololear [salir] con un niño que tocaba en la misma banda que Milton; me invitó a una fiesta y ahí lo conocí. Yo tenía 14; él, 16. Congeniamos de inmediato y me invitó a tocar con su banda. Nos hicimos muy amigos, y una vez que la banda se disolvió, continuamos haciendo música en la sala de estar de mi casa, con un piano, un Casio y una guitarra". Así cuenta Mariana, de 20 años, la historia del dúo revelación de 2010. Su disco Música, gramática, gimnasia se publicará próximamente en España.
ANA TIJOUX
Nacida en Lille en una familia exiliados (su padre era diplomático), Tijoux es la máxima exponente del hip-hop chileno desde que empezó en el grupo Makiza, a fines de los noventa. De hecho, 1977, el título de su segundo disco (editado en España por Boa), alude al año en que nació. Un disco biográfico, personal e intrínsecamente chileno. Y ha conseguido un hito importante. Una candidatura a los Grammy en la categoría de mejor álbum latino de rock, música alternativa o urbana. La primera candidatura que consigue un músico chileno desde que, en 2000, La Ley, una de las bandas históricas de ese país, lograrán ese premio.
FAKUTA
Nadie parece ponerse de acuerdo sobre cuál será el siguiente grupo o artista chileno en salir a la luz. Uno de los nombres más citados es el de Fakuta (en la foto), el alias de Pamela Sepúlveda, una arquitecta de 28 años que surgió de un grupo ruidista llamado Banco Mundial y que ahora apuesta por un pop electrónico y delicado. Pero la avalancha de referencias muestra lo vital de la escena chilena en este último año. Aquí van unos cuantos: Perroski, Odisea, Astro, Nano Stern, Chinoy, Dadalú, Adrian Igual, Nueva Costa, Midiset, El Sueño de la Casa Propia, La Reina Morsa y Protistas.
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