Periodistas detenidos y apaleados

Una docena de periodistas españoles fueron detenidos tras incidentes diversos, entre ellos seis reporteros de la televisión autonómica catalana TV3; dos periodistas de Telecinco y las enviadas especiales de Abc y Punto Radio y de la cadena Cope. Los seis periodistas del programa 30 minuts de TV3, que habían sido detenidos por la policía militar egipcia, fueron puestos en libertad tras permanecer cinco horas retenidos, informó la cadena.

Como los periodistas catalanes, el resto de informadores españoles consiguió volver a sus respectivos hoteles al cabo de unas horas. En otro incidente que aconteció en el centro de El Cairo, la enviada especial de TVE fue zarandeada por un grupo de individuos que detuvieron el taxi en que viajaba. Al identificarse como periodista, Rosa María Molló fue agredida y sufrió el robo de material informativo.

La ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación españolas, Trinidad Jiménez, reclamó ayer a las autoridades egipcias que "garanticen la seguridad de los periodistas españoles y, en general, de toda la prensa extranjera frente a las agresiones y el trato inaceptable que están recibiendo por parte de grupos violentos (...) Varios periodistas españoles de diferentes medios han sido retenidos y agredidos por grupos incontrolados que pretenden intimidarles para impedirles realizar su trabajo", subrayó la jefa de la diplomacia española.

Peor suerte corrió Petros Papaconstantinu, reportero del diario griego Kathimeriní, que fue apuñalado en una pierna por partidarios del régimen en la plaza Tahrir, informó su periódico. Papaconstantinu se encuentra fuera de peligro, según fuentes del rotativo.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condenó ayer enérgicamente los ataques contra periodistas, que violan normas internacionales de libertad de prensa y son "inaceptables". Lo hizo tras conocerse la detención, por parte del Ministerio del Interior de Egipto, de varios informadores en El Cairo, entre los que se encontraban dos del diario Washington Post y uno de The New York Times. "Es una violación de las normas internacionales que garantizan la libertad de prensa y es inaceptable bajo cualquier circunstancia", dijo la secretaria de Estado.

Uno de los puntos más conflictivos fue el hotel Hilton, donde se alojan muchos periodistas extranjeros. El hotel se encuentra a solo 300 metros de la plaza de la Liberación y desde sus terrazas se pueden grabar imágenes de las protestas. A muchos periodistas no se les dejó prolongar la estancia en el hotel. Trabajadores de una treintena de medios internacionales sufrieron las pedradas, las intimidaciones y los golpes de los matones de Mubarak.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) condenó las agresiones y las calificó de "repulsivas". "Periodistas con mucha experiencia en zonas de conflicto dicen no haber visto nunca nada igual", aseguró a Efe el responsable de RSF Giles Lordet. "Parece que el objetivo es vaciar El Cairo de medios extranjeros y está dando resultado porque algunos han llamado ya de vuelta a sus enviados especiales".