Rabat toma medidas para evitar el contagio
Marruecos subvencionará aún más hidrocarburos y alimentos básicos
Si se exceptúan las cuatro personas que se han inmolado -el último el martes-, Marruecos es, por ahora, el país norteafricano menos afectado por la onda expansiva de la revolución tunecina. Incluso en Bengazi (Libia) se han producido disturbios de mayor envergadura que en Marruecos.
Aun así, las autoridades marroquíes no las tienen todas consigo y toman costosas medidas preventivas para evitar una explosión social, aun a riesgo de poner en peligro la Hacienda pública.
Marruecos tiene una larga tradición de revueltas espontáneas como la del pan, en 1981, que se saldó con 66 muertos en Casablanca, a los que el entonces ministro del Interior, Driss Basri, llamó "mártires de la barra de pan".
Se trata del país norteafricano menos afectado por el seísmo de Túnez
La última y más reciente, en 2007, fue la de Sefrou, violenta pero sin víctimas mortales. Los licenciados en paro -el 27% de los salidos de las universidades- se manifiestan además con frecuencia en las grandes ciudades.
Los productos considerados de primera necesidad, que en Marruecos incluyen no solo el azúcar, el aceite o el trigo, sino también los hidrocarburos, seguirán subvencionados por el llamado Fondo de Compensación para evitar que el aumento de sus precios repercuta sobre el consumidor. Si el fondo no existiese, el precio del pan o del gas se duplicaría.
2010 ya fue un año de subidas. El fondo se gastó 26.000 milones de dirhams (2.363 millones de euros), un 126% más de lo presupuestado, en subvenciones para que los 32 millones de marroquíes no notaran las alzas en sus bolsillos.
Para este año el fondo dispone de 1.545 millones de euros, equivalentes al 2% del PIB, una cantidad a todas luces insuficiente y que se acabará disparando. Prueba de ello es que Rabat calcula que el barril de petróleo se situará este año en 78 dólares cuando ya ronda los 87.
"Atravesamos una zona de turbulencias económicas y financieras especialmente penosa, pero estamos decididos a hacer todo lo necesario para preservar el poder adquisitivo de los ciudadanos", prometió, a principios de semana, Khaled Naciri, portavoz del Gobierno marroquí.
Naciri reconoció, no obstante, que "el año pasado eso fue muy costoso". "(...) nos tememos que en las condiciones actuales el monto sea también elevado para Marruecos", que carece de recursos energéticos, añadió.
El portavoz recalcó, sin embargo, que ese esfuerzo no se hacía para evitar el contagio de Túnez. "Las cosas deben quedar claras: el Gobierno marroquí no actúa en función de lo que pasó en otros países", subrayó Naciri.
Para mejorar la dotación del Fondo de Compensación sin incrementar el déficit presupuestario -las finanzas públicas atravesaron un momento delicado entre enero y septiembre de 2010-, el Gobierno ha recortado los gastos de funcionamiento y ha reducido la inversión en un 10%.
Para que no haya escasez en los mercados, Rabat lanzó además, el 12 de enero, una licitación para adquirir 255.000 toneladas de cereales, 154.000 de trigo y 100.000 de cebada.
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