De la cárcel al Consejo de Ministros
"Es una gozada escuchar al ministro de Justicia leer una orden de detención que empieza con el nombre de Ben Ali". "Discusión entre los ministros sobre la posibilidad de la vuelta de los estudiantes antes de que acabe el Estado de emergencia". "Si he comprendido bien al ministro de Economía, hasta ahora hemos perdido 3% del PIB por culpa de vuestras gilipolleces", bromeaba aludiendo a las protestas que derrocaron a la dictadura.
Slim Amamou, un bloguero opositor tunecino nombrado secretario de Estado de Juventud y Deportes, hizo historia el jueves pasado al retransmitir en la red social de Twitter el Consejo de Ministros al que asistió, el primero de la incipiente democracia tunecina. Los debates del Consejo de Ministros son, en teoría, secretos.
Amamou, de 33 años, casado con una cineasta y padre de un niño, ya saltó a la palestra el lunes pasado cuando entró en el Gobierno de coalición. Tan solo cuatro días antes había salido de la cárcel, donde pasó una semana.
@Slim404, como reza su identidad en Twitter, fue detenido el 6 de enero, e inculpado de destrucción de webs oficiales después de que numerosas páginas del Estado tunecino, incluida la de la presidencia, fueran atacadas por los hackers de Anonymous y quedasen inoperativas. Otros dos blogueros disidentes fueron también apresados por esas fechas por el mismo motivo.
Él rechaza la acusación, pero resalta, en cambio, en una larga entrevista con la televisión pública francesa Public-Sénat que "sin Internet la gente no estaría informada, no se habría movilizado y no habría provocado la caída del régimen", el 14 de enero, cuando el presidente Ben Ali huyó del país.
"Estoy libre", escribió en francés Slim Amamou al ser excarcelado la víspera de la caída del dictador. Y, cuatro días después, anunció en su cuenta en Twitter: "Soy secretario de Estado de Juventud y Deportes :-) ".
La oferta de incorporarse al Gobierno que le hizo el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, fue para Amamou "una sorpresa muy grande". Tuvo media hora para aceptarla y dijo que sí.
"Voy a hacer que se escuche la voz del pueblo de Internet", se justificó ante sus más de 10.000 seguidores en Twitter. "No seguiré en mi cargo si la libertad en la Red no es total". En tiempos de Ben Ali, Túnez era uno de los países donde más se censuraba y Amamou no paraba de protestar.
Muchos de sus fieles no parecen convencidos de que su decisión haya sido acertada. "Como amigo te pido, @Slim404, que no colabores con aquellos que han matado a tunecinos. Sé un ciudadano limpio", la escribe uno de ellos. "Ha cometido un gran error", afirma el dirigente de extrema izquierda Hamma Hammami, secuestrado durante 48 horas la semana pasada.
Amamou no se ofende. "No soy secretario de Estado para que cerréis vuestras bocazas", responde a sus críticos. "Estoy aquí para que me rompáis la cara junto con el Gobierno :-)". "De todas formas no me quedaré mucho tiempo en el Gobierno". "No estoy aquí para hacer carrera".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.