La caída del régimen sorprende a España y a la UE
Madrid y Bruselas celebraron las medidas de Ben Ali, antes de su huida
La huida del presidente Ben Ali pilló por sorpresa a todas las cancillerías, que no esperaban un desmoronamiento tan rápido del régimen tunecino. A última hora de la tarde, el Gobierno español hizo un "llamamiento a la calma" y pidió a las nuevas autoridades que "promuevan la concertación nacional" y "convoquen elecciones generales cuanto antes y con plenas garantías". Solo dos horas antes, a través de un comunicado similar, el Ministerio español de Asuntos Exteriores se había felicitado por las medidas anunciadas in extremis por Ben Ali -la destitución del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas, además de la declaración del estado de emergencia- y se había mostrado convencido de que marcaban "la línea adecuada para restablecer la normalidad". La sucesión de comunicados evidenció la falta de información sobre la situación real del país, por lo que las primeras gestiones diplomáticas se encaminaron a intentar aclararla. De hecho, la última nota se dirigía a "las autoridades que han asumido provisionalmente el poder" en Túnez, sin especificar quiénes son.
Obama: "El pueblo tunecino tiene derecho a elegir a sus dirigentes"
La ministra Trinidad Jiménez conversó con el nuevo embajador español en Túnez, Antonio Cosano, quien adelantó su incorporación al puesto cuando se inició la revuelta. El propio Cosano calificó la situación de "crítica", en declaraciones a TVE, y explicó que había tenido que atravesar con su vehículo una barricada en llamas, mientras que el cónsul se había refugiado en un sótano con su familia ante la explosión de bombas "muy cerca" de su domicilio. Por el momento, sin embargo, España no ha decidido evacuar a su colonia, formada por unos 600 residentes y otros 400 turistas, aunque les ha recomendado que "extremen la prudencia" y no salgan de sus casas u hoteles, al tiempo que desaconseja viajar a ese país magrebí.
A propuesta de Suecia, los representantes permanentes de la UE abordaron ayer por la mañana la situación en Túnez, horas antes de la fuga del presidente. La Alta Representante, Catherine Ashton, dijo a mediodía que la decisión de Ben Ali de no presentarse a la reelección creaba "una oportunidad para una transición tranquila". Los hechos posteriores la desmintieron.
Poco después de conocerse la huida del ex presidente Ben Ali, Estados Unidos declaró que "el pueblo tunecino tiene derecho a elegir a sus dirigentes" y que Washington "seguirá de cerca el desarrollo de los acontecimientos" en ese país. Horas antes, la Casa Blanca había emitido un comunicado en el que "condenaba la violencia contra los civiles en Túnez" y realizaba un llamamiento a las autoridades del país para que pusieran en marcha las promesas realizadas en la noche del jueves por Ben Ali, incluido "el respeto a los derechos humanos y el muy necesario proceso de reforma política".
Al tiempo que aterrizaba en París un avión con una hija y una nieta de Ben Ali, el presidente Nicolás Sarkozy declaró a través de un comunicado que "solo el diálogo puede aportar una solución democrática y duradera a la crisis actual". El Elíseo señaló que "Francia desea el apaciguamiento y el fin de la violencia" en Túnez y mostró su escaso interés en acoger al derrocado dirigente. A su vez, la canciller alemana, Angela Merkel, instó a las autoridades tunecinas a proceder de forma pacífica frente a los conflictos sociales que vive el país y ofreció la ayuda de su Gobierno como "interlocutor" en todo aquello que pueda contribuir a resolver la situación. La embajadora de Túnez en Alemania se reunió con el titular de Exteriores germano, Guido Westerwelle, para analizar los acontecimientos a requerimiento del Ejecutivo alemán.
En declaraciones a la prensa antes de que se supiera que Ben Ali había huido, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamamiento al diálogo para resolver de manera pacífica la grave crisis que vivía el país magrebí. "La situación política evoluciona a gran velocidad y todas las partes tienen que hacer los máximos esfuerzos para establecer un diálogo y resolver los problemas de manera pacífica, para evitar más pérdidas de vidas humanas y violencia".
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