Zapatero dice que la ampliación del fondo de rescate aún no es necesaria

Zapatero se presentó al Consejo Europeo con un objetivo: evitar cualquier gesto que los mercados pudieran interpretar como un síntoma de que España acabará viéndose obligada a recurrir al fondo europeo de rescate, como ya han hecho Grecia e Irlanda. Por eso, a pesar de que el Gobierno es partidario de ampliar y flexibilizar el funcionamiento del actual fondo -que será sustituido en 2013 por un mecanismo permanente de estabilidad financiera- y simpatiza con la idea de los eurobonos, el presidente evitó apartarse un milímetro de la ortodoxia plasmada en la declaración de los 27.

Aseguró que los eurobonos -propuestos por el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker-"no están en la agenda, ni en el orden del día a corto ni a medio plazo" y que la actual cuantía del fondo -dotado con 750.000 millones de euros, que aportan los socios del euro (440.000), la Comisión Europea (60.000) y el Fondo Monetario Internacional (250.000)- es suficiente. Al menos "de momento", apostilló.

A su juicio, la fortaleza del euro frente a los ataques especulativos hay que fiarla, sobre todo, al cumplimiento de los compromisos de consolidación fiscal por los diferentes países. En el caso de España, esos compromisos, reiterados por Zapatero ante sus homólogos europeos, pasan por la reforma del sistema de pensiones, que el Gobierno tiene previsto aprobar el 28 de enero, y la culminación del proceso de reestructuración de las cajas, que debe estar concluido el próximo día 28, entre otras medidas.

Para "despejar dudas" -como las mostradas por la agencia de calificación Moody?s- puso en valor la "ofensiva de transparencia" del sistema financiero español que a finales de este año, en el caso de las cajas, y en marzo de 2011, para los bancos, ofrecerá datos desagregados sobre su exposición al sector inmobiliario. Para Zapatero, el segundo muro de contención ante los embates de los mercados está en el Banco Central Europeo (BCE) que, tras duplicar su capital, podrá proseguir y ampliar su política de compra en el mercado secundario de bonos soberanos de los países más vulnerables, como Grecia e Irlanda; aunque, hasta ahora, no España.

Zapatero rechazó que Alemania y Francia hayan impuesto su dictado a los demás países y recordó que las decisiones de gran calado requieren unanimidad, aunque pese mucho la opinión de los dos socios más poderosos del club. Aseguró que España mantiene su apuesta europeísta y subrayó que en la cena del pasado jueves los líderes europeos hablaron, por vez primera, de la necesidad de avanzar hacia la armonización fiscal, lo que está aún muy lejos de hacerse realidad.

Más cercano está el riesgo de que Londres, con el respaldo de París y Berlín, imponga la congelación de los presupuestos comunitarios a partir de 2012. España, como otros países, alega que no pueden cuestionarse ahora gastos ya comprometidos hasta 2013 como los fondos de cohesión.