Montilla afronta hoy el cara a cara como su última oportunidad
Los líderes del PSC y CiU celebrarán el debate si la Junta Electoral lo permite
Casi es el último cartucho. Las encuestas vaticinan una arrolladora victoria de Artur Mas y el socialista José Montilla afronta el debate cara a cara de TV3 de hoy, si la Junta Electoral no lo impide, como la última oportunidad de poder mitigar el impacto de la derrota. A la espera de dar con los 300.000 votantes que los sondeos dicen que ha perdido por el camino respecto a 2006, Montilla tiró de un golpe de efecto. En el debate televisivo de anteayer de los seis candidatos, el socialista retó a su rival directo a hacer un cara a cara que se perdió en el limbo de la precampaña porque ninguna de las dos partes puso demasiado interés en celebrarlo.
No es extraño porque, hasta ahora, a diferencia de lo que sucedió sucesivamente en las elecciones generales con Felipe González y José Maria Aznar y entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, en los comicios de Cataluña no se han producido duelos televisivos. En sus 23 años de mandato, Jordi Pujol se opuso y ahora el cara a cara ha surgido in extremis después de que los dos partidos se acusaran mutuamente, con la excusa de la lengua, de no quererlo celebrar. Hasta que el domingo Montilla lanzó en su última intervención un órdago a Mas que este recogió a la primera. Tanto es así, que el convergente, ante el estupor de Montilla, replicó que se podían quedar en el plató de TV·3 y seguir debatiendo.
Con los sondeos en contra, el socialista cree que tiene mucho que ganar
El PP, ERC y Ciutadans confían en que prospere su impugnación
El rifirrafe entre ambos coronó un debate que tuvo un in crescendo operístico que dejó a los espectadores en medio del suspense y al resto de candidatos muy enojados. Los jefes de campaña de los dos partidos acordaron celebrar el programa hoy a las 22.30. Alicia Sánchez-Camacho (PP), Joan Puigcercós (ERC) y Albert Rivera (Ciutadans) impugnaron el espacio ante la Junta Electoral Provincial porque incumple la actual normativa de anunciar con cinco días de antelación la celebración de un debate y porque se debería de compensar a los partidos pequeños. Sin embargo, un auto del Tribunal Supremo rechazó en 2008 la petición de CiU, del PNV e ICV-EUiA de solicitar la suspensión cautelar de un debate entre Zapatero y Rajoy.
En cualquier caso, el debate ha animado a los socialistas que se quejaban ayer de la falta de tiempo que tendrán para prepararlo. Creen que tienen mucho que ganar y nada que perder. Su idea es contraponer la imagen de un Montilla cercano frente a la pulcritud extrema de Mas, que le superó en el debate a seis. Los socialistas confían en que sus ideas no queden eclipsadas y que lleguen con más nitidez sus críticas a la ambigüedad de CiU y a sus vínculos con el caso Palau. Convencida de que tiene al mejor candidato, CiU ni se inmuta. Las encuestas llevan a Mas en volandas y tiene tan aprendido su discurso que sabe que saldrá fortalecido si no da una imagen de superioridad excesiva.
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