Puigcercós: "Nos podemos equivocar pero no robamos"
Jarro de agua fría en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Los independentistas recibieron la encuesta del CIS, difundida el pasado día 12, con euforia y ganas de remontada: les situaba en 15 diputados, algo mejor que los augurios anteriores. Pero el resultado de la primera semana de campaña no pudo ser peor: la encuesta que EL PAÍS publicó ayer sitúa al partido de Joan Puigcercós en nueve diputados, una dura caída desde los 21 escaños que ahora tiene en el Parlamento catalán y muy lejos de aquellos 15, que darían por buenos los republicanos.
Puigcercós aseguró ayer en un mitin en Santpedor (Barcelona) que el retroceso de su partido, de confirmarse, sería "una injusticia". Especialmente, agregó, con los casos de corrupción que han salpicado tanto a CiU como a PSC y PP. "Nos podemos equivocar pero no robar. A veces nos encogemos y somos muy autocríticos porque queremos hacer las cosas mejor, pero tenemos principios y hay cosas que no nos gustan", proclamó.
El candidato republicano aseguró que ERC sufre "un castigo por parte de determinados centros de poder", y apuntó que a su partido se le juzga con más dureza que a ningún otro: "¿Dónde estaríamos los de ERC si fuésemos nosotros los que hicimos el videoclip del PP? ¿Y si hubiésemos sido los responsables del saqueo del Palau o del hotel que proyectaban socialistas y convergentes? Seguramente ya estaríamos en el exilio".
Justificación
Puigcercós ha centrado su campaña en contrastar la oferta de ERC frente a la del PP, el partido que puede arrebatarle la condición de fuerza decisiva en el Parlamento autónomo. La formación de Alicia Sánchez-Camacho es un fantasma que moviliza al electorado republicano, fragmentado por las batallas internas que han lastrado al partido y la factura de haber facilitado dos veces el tripartito. Con CiU se ha mostrado más errante, combinando reproches con guiños para poder negociar tras los comicios.
Ayer tuvo que justificar su último gesto hacia el líder convergente, Artur Mas, cuando el sábado, en el acto que celebró en el Palau de la Música, evitó hablar del presunto caso de corrupción que afecta a CiU precisamente en el escenario en el que se produjo. Puigcercós argumentó que no habló del saqueo por "respeto" al templo musical y a la cultura catalana. No explicó por qué sí se refirieron a la corrupción tanto el secretario general, Joan Ridao, como el número cinco por Barcelona, Oriol Amorós.
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