El rescate de rehenes cristianos en una iglesia iraquí acaba en baño de sangre
Muchas de las 52 víctimas caen en el asalto policial al templo tomado por Al Qaeda
El secuestro de un centenar de fieles en una iglesia de Bagdad ha vuelto a poner de relieve tanto la vulnerabilidad de la minoría cristiana como los límites de las fuerzas de seguridad iraquíes. La mayoría de los 52 muertos y 67 heridos, entre rehenes y policías, con que se saldó el incidente en la madrugada de ayer, se produjeron durante el asalto policial al templo. No obstante, el ministro iraquí de Defensa, Abdul Qader al Obeidi, calificó de "éxito" la operación, en la que también murieron ocho atacantes. Otros cinco fueron detenidos. "No teníamos otra opción", justificó ante los numerosos periodistas que se congregaron ante las puertas de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, una iglesia asiria situada en el centro de la capital iraquí.
El paisaje que mostraban las imágenes de televisión recordaba los peores momentos de la guerra sectaria que Irak vivió entre 2005 y 2007: el esqueleto calcinado de un coche bomba que estalló a la puerta del templo, impactos de bala y metralla en las paredes, bancos derribados y restos de ropa y pertenencias abandonadas en el intento de ponerse a salvo.
La reconstrucción de lo ocurrido en la noche del domingo al lunes apunta a una carnicería. Los secuestradores entraron a tiro limpio durante la misa de víspera del Día de Difuntos; dispararon a sangre fría contra dos sacerdotes que intentaron dialogar con ellos, y al menos hicieron estallar una granada contra siete fieles que intentaron huir. Horas después, el asalto de las fuerzas de seguridad no resultó más limpio. Algunos atacantes hicieron estallar sus chalecos explosivos; otros se enzarzaron en un tiroteo con policías. "Los atacantes se parapetaban entre los niños", aseguró a Reuters una fuente policial. "La mayoría de las víctimas", añadió, "resultaron muertas o heridas durante la intervención de las fuerzas de seguridad".
"Muchos inocentes han resultado muertos por culpa de la falta de profesionalidad y la precipitación con que actuó la policía", denunció el diputado cristiano Yunadam Kana. En su opinión, las fuerzas iraquíes carecen de capacidad para mantener el orden en ausencia de las tropas estadounidenses. Sin embargo, testimonios recogidos por la agencia France Presse en el lugar del suceso apuntan a que soldados norteamericanos intervinieron en el asalto, extremo negado por portavoces iraquíes y estadounidenses.
"Lo ocurrido ha sido más que un suceso trágico. Es un intento de forzar a los cristianos iraquíes a abandonar Irak", declaró la ministra de Derechos Humanos, Wijdan Mijail Salim, una cristiana. La rama iraquí de Al Qaeda, el Estado Islámico de Irak, se responsabilizó en varias webs islamistas del atentado contra "el sucio nido de idolatría". En algunas webs reclamaron la liberación de dos musulmanas "retenidas" en monasterios coptos egipcios.
El papa Benedicto XVI condenó el ataque: "Rezo por las víctimas de esta violencia sin sentido contra gente indefensa reunida en la casa de Dios, que es la casa del amor y la reconciliación".
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