La oposición a Chávez suma fuerzas
Tras los prometedores resultados en las elecciones legislativas, la Mesa de la Unidad perfila una candidatura unitaria para las presidenciales de 2012
Algo empezó a cambiar en Venezuela el pasado 26 de septiembre. Las elecciones legislativas celebradas ese día marcaron el fin del poder absoluto de Hugo Chávez y auparon a una oposición que había pagado caro la decisión de retirarse en 2005 del juego político.
Esta vez sí, presentó candidatos a la Asamblea Nacional. Y ganó. Es cierto, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ocupará 98 de los 165 escaños. Pero esa mayoría absoluta no borra dos realidades. La primera es que Chávez ya no podrá impulsar leyes orgánicas, reformas constitucionales e importantes nombramientos que exigían los dos tercios de la Cámara. Y la segunda es que la oposición (compuesta por la alianza Mesa de la Unidad Democrática y otro partido de izquierda) ha logrado más votos en términos absolutos: 50% frente al 48% del oficialismo. Este resultado no se ha traducido en escaños porque el sistema electoral favorece al partido oficial al otorgar más peso a las regiones que controla, las más despobladas y pobres.
Pese a ello, la oposición está exultante. La ingeniería electoral, dicen, no le servirá a Chávez ni en los comicios municipales de 2011 ni en las presidenciales de 2012, que reflejarán con precisión el voto y que ya son las próximas metas. La Mesa aglutina a una docena de partidos (de izquierda y derecha, nuevos y antiguos) y líderes independientes. Frente al natural escepticismo que provoca esta amalgama, sus representantes aseguran que han aprendido de los errores del pasado y que piensan seguir por el camino de la unidad. El objetivo es presentar un candidato único en las presidenciales de 2012 surgido de un proceso de primarias que zanjaría los personalismos y alentaría la participación popular. La estrategia tiene un antecedente: la alianza de los partidos nicaragüenses en la Unión Nacional Opositora permitió en 1990 la derrota electoral de un Frente Sandinista que parecía invencible.
El PAÍS ha entrevistado a algunos de los rostros visibles de este movimiento, procedentes de ámbitos sociales e ideológicos distintos, pero con un mismo objetivo: recuperar las instituciones democráticas y el Estado de derecho.
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