Un complicado equilibrio para un futuro incierto
Nunca es fácil para un partido cerrar sus listas electorales: equilibrios territoriales, entre sectores, el tirón de determinadas caras... Pero lo del Partit dels Socialistes ante los comicios de noviembre es cirugía de la fina. Claro y llano, pueden perder, y la lista no es la misma en un escenario negativo que con la certeza de repetir en el Gobierno.
Los resultados del PSC son adversos según todos los sondeos, comenzando por los que elabora la propia Generalitat a través del Centro de Estudios de Opinión. La encuesta de julio dio un mínimo histórico al socialismo catalán, con una intención directa de voto del 14,2%, al tiempo que vaticinaba un 25,3% para CiU. La distancia de los nacionalistas sobre los socialistas es la más alta de toda la legislatura. Además, Montilla suspende por primera vez al tiempo que los líderes de CiU son los mejor valorados.
Con este panorama, los socialistas catalanes deben afrontar cuestiones como en qué situación quedaría el presidente José Montilla si pierden la Generalitat. Si los resultados fueran tan malos como para empujarle a dimitir como diputado, cobraría especial relevancia el número dos. Ocupe este puesto quien lo haga -la actual secretaria del Gobierno, Laia Bonet parece que tiene muchos números-, lo que el PSC tiene claro es que el hasta ahora ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, debe figurar en las listas. Y es que el eventual relevo de Montilla, que capitanearía la transición desde la cúpula del partido, debe recaer en alguien respaldado por el aparato y con cierta capacidad de liderazgo.
Castells y el 'número dos'
El PSC tiene también asumido que el número dos no será del sector más catalanista. No gozaría de suficientes apoyos en el seno del partido. El consejero de Economía, Antoni Castells, número dos en 2006, dio portazo al PSC en agosto: no irá en la lista por la "servidumbre" de los suyos al PSOE, argumentó, y les reprochó dar las elecciones por perdidas. Pero lo cierto es que no tenía la plaza asegurada. Del mismo sector que Castells quedan excluídos nombres como el de la consejera de Justicia, Montserrat Tura, o el consejero de Educación, Ernest Maragall.
Fuentes de los socialistas catalanes aseguran también que Corbacho tiene ganas de volver a Cataluña, después de dos duros años en el Gobierno capeando el temporal de la crisis, con un indicador negativo tras otro y la huelga general convocada para finales de mes como último obstáculo de la carrera.
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