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El paro de la eurozona sigue en máximos pese a la recuperación

España duplica la media europea con una tasa de desempleo superior al 20%

Europa ha dejado de centrar sus esfuerzos en el desempleo y el crecimiento para poner todo su empeño en la austeridad: en la contención del déficit. Y ni siquiera la sorprendente recuperación de Alemania, algo más que un indicio de que Europa empieza a ver la puerta de salida de la crisis, consigue detener la sangría del paro. La tasa de desempleo de la zona euro se situó en el 10% en julio, la misma cifra que en junio y en máximos de los últimos 12 años, según las cifras publicadas ayer por Eurostat. Casi 16 millones de personas no encuentran trabajo en la eurozona: el equivalente a la población entera de Bélgica más la de Irlanda.

Eurostat dio a conocer también los datos de inflación, que bajó una décima en agosto hasta el 1,6%, un dato en línea con los objetivos del Banco Central Europeo (BCE) y que demuestra que las medidas extraordinarias de política monetaria no están tirando al alza de los precios. La moderada inflación disipa los temores de que el BCE adelante las subidas de tipos de interés, que los analistas no esperan hasta 2011.

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No hay problemas de precios, pero el desempleo es alarmante y esconde otros problemas: los datos del paro muestran con toda su crudeza la recuperación a dos velocidades que está protagonizando Europa. Tanto en la eurozona como en los Veintisiete. Al frente de la reactivación, países como Holanda y Alemania, con el paro por debajo del 7% y el sector exterior tirando de sus economías. Y en el furgón de cola, España (20,3%), y otros países como Letonia, Lituania, Eslovaquia, Irlanda y Grecia, donde la crisis hace estragos en el PIB y en el mercado de trabajo. "En la periferia hay países en los que el paro sencillamente no mejora, mientras que en el corazón del euro las buenas noticias en el mercado laboral se corresponden con la salida de la crisis", aseguró a Reuters Carstern Brzeski, economista de ING.

Alemania creció el 2,2% en el segundo trimestre, frente al 0,2% de España. El paro lleva 14 meses bajando en Alemania y en el último año la tasa de desempleo ha pasado del 7,6% a caer por debajo del 7%: España presenta los peores números de los Veintisiete y en el último año la tasa de paro ha subido dos puntos. Las diferencias entre Alemania y España ejemplifican dos problemas. Por un lado, que el proceso de convergencia entre los países ricos y los periféricos se ha detenido con la crisis. Por otro, que esa divergencia complica el trabajo del BCE: una subida de tipos sería muy mala para los países que salen con más dificultades de la recesión, mientras que mantener el precio del dinero puede provocar cierto recalentamiento en las economías que salen más aprisa.

España, además, lidera las tasas de desempleo en todas las categorías: paro masculino y femenino, y sobre todo paro juvenil, con una tasa del 41,2%, más del doble que la media de la eurozona y de la UE. "Las cifras europeas siguen siendo preocupantes: demuestran que aunque haya recuperación en términos de crecimiento económico, esta no se ha traducido todavía en un aumento del empleo. En el caso de España, las cifras dan cuenta de la dimensión del reto y de la necesidad de reformas estructurales importantes", explicó a Efe el portavoz europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Amadeu Alfataj.

La lacra del desempleo es más preocupante en Europa que en otras grandes economías. En EE UU el paro alcanza el 9,5%, mientras que en Japón, con serias dificultades por la apreciación del yen y la deflación, la tasa superó ligeramente el 5% de la población activa en julio.

El crecimiento excepcionalmente fuerte de Alemania en el segundo trimestre -calificado de XL por las propias autoridades alemanas- desató el optimismo acerca de la recuperación de Europa. Pero ese cambio en el estado de ánimo de la economía europea estaba muy focalizado en variables como el PIB, las exportaciones o el consumo, y deja de lado el problema con el mercado laboral en toda Europa, especialmente cuando la gran mayoría de países han puesto en marcha medidas de austeridad y han cancelado sus planes de estímulo.

"Cada vez hay más gente que cree que la austeridad puede acabar con la recuperación. Eso es posible pero poco probable: la desaceleración en Europa será solo moderada", aseguró Erik Nielsen, economista jefe para Europa de Goldman Sachs.

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