El asesino del obispo Padovese no actuó solo
La policía turca apunta al móvil religioso en la muerte del prelado
Las versiones oficiales empiezan a sonar a un compromiso cosido con los alfileres de la prudencia y la alta política. La policía turca, la comunidad cristiana de Anatolia y la autopsia realizada al cadáver del obispo Luigi Padovese coinciden en que el asesinato el pasado jueves del prelado milanés, de 63 años, fue por razones religiosas o políticas y no, como se ha dicho hasta ahora, por obra de un enajenado mental.
A seis días del crimen, va tomando cuerpo la idea de que Murat Altun, el chófer de 26 años que asestó supuestamente 20 puñaladas al presidente de la Conferencia Episcopal Turca, no actuó solo.
Según la reconstrucción elaborada por los testigos y los líderes católicos en Turquía, Altun llegó a la casa privada de Padovese en Iskenderun acompañado por al menos una o dos personas. "Incluso la policía comienza a admitir que el obispo fue asesinado por al menos dos personas", señala en declaraciones a La Stampa el arzobispo de Esmirna, Ruggero Franceschini.
"He matado al gran Satanás", dijo el chófer de la víctima tras apuñalarlo
El autor del crimen llevaba un chaleco antibalas, según varios testigos
Varios testigos han declarado además que cuando el chófer asesinó al obispo iba protegido por un chaleco antibalas, y hacen notar que fue arrestado por la policía militar y no por la estatal.
Según esas versiones, los desórdenes psíquicos de Altun invocados en un primer momento por el Gobierno turco no existen. Algunos miembros de su familia, que trabajaban para Padovese en la iglesia local, se habían despedido del trabajo dos días antes del crimen, según reveló un miembro de la comunidad católica.
Según la autopsia realizada en Iskenderun, el cuerpo del obispo capuchino, gran defensor del diálogo con el islam, recibió 20 cuchilladas, ocho de ellas cerca del corazón. Se sabe que Altun atacó al prelado dentro de la casa y que este logró salir al jardín pidiendo auxilio; allí, su agresor le decapitó. Luego, Altun subió al tejado de la vivienda y, según los testigos, gritó: "He matado al gran Satanás. Alá es grande".
Un asesinato ritual, según la agencia católica Asia News, que lleva la marca de los fundamentalistas islámicos supuestamente manipulados por el llamado Estado profundo, una red golpista infiltrada en los servicios de seguridad del Estado que persigue derribar al Gobierno del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
Las autoridades turcas no admiten de momento esa posibilidad. Primero, dijeron que el obispo murió camino del hospital; más tarde, que lo hizo en la clínica; finalmente, cuando se vio la foto del cuerpo en el jardín, el gobernador de la provincia, Mehmet Celalettin, descartó que el móvil fuera religioso o político, y aseguró que el agresor había actuado solo.
En las últimas horas, los presuntos desórdenes psíquicos de Altun han sido incluso negados por su abogado, que asegura ahora que el chófer mató al obispo en legítima defensa porque este abusaba sexualmente de él. El obispo de Esmirna replica: "La autopsia ha confirmado que Padovese no tuvo relaciones sexuales ni el jueves ni antes del jueves".
En las misiones cristianas se interpreta que el homicidio supone un cambio en la estrategia anticristiana de los radicales turcos. "Antes mataban a curas, ahora se atreven con los obispos", dijo una monja local.
El Vaticano sigue haciendo suya la versión asumida desde el principio para no comprometer el viaje del Papa a Chipre. El hecho clave es que Padovese canceló los billetes de avión (el suyo y el de Altun) cuando solo faltaban unas horas para embarcar hacia la isla, donde el Papa le esperaba para presentar el documento preparatorio del Sínodo de Oriente Próximo.
El vaticanista Filippo di Giacomo, que recoge impresiones de diplomáticos, amigos y colaboradores de Padovese, insiste en que este, al ser informado del peligro que representaba Altun, "prefirió arriesgar su inmolación personal para evitar una tragedia mayor, es decir, un atentado contra el Papa".
Di Giacomo explica así las reticencias vaticanas: "Es comprensible que la máquina de suavizar busque continuar el diálogo con Turquía. Y no sería la primera vez que el interés de uno se sacrifica por el interés de muchos".
La magistratura italiana realizará una segunda autopsia al cuerpo de Padovese cuando sea repatriado, probablemente hoy o mañana. Los funerales se celebrarán en Milán, ciudad natal del prelado, y han sido retrasados hasta el lunes por ese motivo.
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