Protestas por la edad de jubilación
Con una deuda del 85,8%, el anuncio de congelar los gastos estatales los próximos tres años degeneró, sobre todo, en un debate semántico e intelectual: ¿Es eso un plan de ajuste? La oposición aseguraba que sí. La derecha, que no. El anuncio no ha levantado en Francia ni de lejos la polémica que sí arrastra el verdadero desafío para el Gobierno de Sarkozy en esta legislatura: retrasar las jubilaciones desde los 60 años hasta los 62 o 63, un auténtico tema tabú en la sociedad francesa, que desde los años ochenta disfruta, gracias al Gobierno de François Mitterrand, de una de las jubilaciones más tempranas de Europa. Este asunto es el que ha sacado a los franceses a la calle y por el que seguirán discutiendo: Sarkozy prometió que, con consenso o sin él, habrá una nueva ley de jubilaciones en el otoño.
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