Almunia critica al PP por rechazar el plan antidéficit

El sí parlamentario pelado obtenido por Zapatero y su tijeretazo al gasto público produjo ayer nuevos coletazos. Esta vez, por boca del comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia. Confesó el comisario socialista no haberse sentido "muy contento" cuando, desde Bruselas, siguió el desarrollo del debate el pasado jueves, debido a "la actuación de aquellos que defendieron durante tiempo la necesidad de acometer reformas y luego, cuando éstas se toman, se bajan del autobús". Fue una alusión directa al Partido Popular (PP) y a su voto contrario al decreto, defendido la vigilia por su presidente, Mariano Rajoy, ante el mismo foro en el que ayer habló Almunia, el Círculo de Economía. El comisario advirtió de la gravedad de la situación y de lo que estaba en juego: "Si no se hubiera aprobado", dijo, "hoy no podríamos haber celebrado esta reunión, y todos estaríamos ocupados en tareas más inmediatas y urgentes".

La Caixa cree que España no sabe 'vender' fuera su realidad económica

Pero Almunia también formuló sus advertencias al Gobierno y a su gestión de la crisis. Pese a apoyar el plan de recortes porque "añade credibilidad" al compromiso con la consolidación fiscal, el comisario reclamó nuevas actuaciones. "¿Y en 2011? ¿Y en 2012? ¿Qué mas hay?", se interrogó. Y, como respuesta, recordó que "en ese qué más hay hubo una reforma del sistema de pensiones" de la que se informó a Bruselas. Un episodio polémico porque planteaba retrasar la edad de jubilación y aumentar el cómputo para calcularla. Ante la polvareda levantada, le Ejecutivo convirtió la propuesta en ejemplo, remitido al Pacto de Toledo. "La credibilidad consiste en que si se ha anunciado que se toma una medida, se tome", espetó.

Los empresarios del Círculo de Economía también reclamaron al Ejecutivo que no se quede en el plan contra el déficit. "Esta crisis exige algo más que medidas de carácter transitorio o de pequeños ajustes", dijo su presidente, Salvador Alemany. Entre las reformas que pidió figura la del modelo fiscal, para que la imposición directa "no esté tan sesgada en perjuicio de las rentas salariales con relación a otro tipo de rentas protegidas por la dificultad de su control o el temor a su deslocalización".

El debate se produjo después de la rebaja por la agencia Fitch de la calificación de España. El director general de La Caixa, Juan María Nin, quitó hierro a la rebaja consideró "excelente" el rating o nota actual (AA+). Nin enfatizó que España tiene un endeudamiento por debajo del de Reino Unido y Holanda, por lo que concluyó que debe venderse mejor y aprenda a "explicar cuál es su realidad económica". El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, se dijo "confiado" en el país y auguró que sabrá efectuar ajustes. Ambos participaron en un debate sobre la reestructuración del sector financiero, en el que Simón Pedro Barceló, presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que pidió a los partidos "que renuncien a sus cuotas de poder" en las cajas y a éstas que se profesionalicen.