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Elecciones en Reino Unido

Los 'tories' planean el mayor ajuste desde 1945

Los partidos no aclaran en sus programas qué servicios públicos van a sacrificar y qué impuestos subirán

La economía iba a ser el tema estrella de la campaña electoral británica hasta que llegó Nick Clegg y puso la reforma del sistema electoral en el centro del debate mediático. Aunque los laboristas se han quejado porque eso, dicen, les ha impedido escrutar las propuestas económicas de sus rivales, ese silencio puede tener otra explicación: ninguno de los partidos ha explicado el detalle de sus planes de ajuste y eso significa que los británicos irán el 6 de mayo a las urnas sin saber qué servicios públicos van a perder ni qué impuestos subirán.

El prestigioso e independiente Instituto de Estudios Fiscales (IFS, en sus siglas en inglés) sí ha analizado las propuestas económicas de los tres grandes partidos y ha concluido que el plan de recorte del gasto en cinco años de los tories no tiene precedente desde la II Guerra Mundial. Los de laboristas y liberal-demócratas evocan los ajustes de los años setenta, dice el instituto.

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De acuerdo con las cifras del Tesoro, que ningún partido ha puesto en duda, el próximo Gobierno deberá poner en marcha un ajuste equivalente cada año a 71.000 millones de libras (82.000 millones de euros) del año fiscal 2010-2011. Los conservadores quieren conseguirlo sobre todo recortando el gasto, en una proporción de cuatro a uno: el 80% del ahorro ha de llegar a través de medidas de ajuste del gasto público y el 20% a través de impuestos. Los liberales en una proporción de 2,5 a uno, y los laboristas de dos a uno.

El IFS subraya la dificultad de esos objetivos al recordar que en el último ajuste vivido por Reino Unido, en los primeros años noventa, los entonces cancilleres del Exchequer (ministros de Hacienda), los conservadores Norman Lamont y Kenneth Clarke, hicieron el ajuste reduciendo gasto y subiendo impuestos a partes iguales.

Dadas las dificultades que están encontrando los partidos para identificar, o al menos para hacer públicas, sus medidas concretas de recorte de gasto, los británicos quizás acaben afrontando inesperadas subidas de impuestos.

Los laboristas han anunciado ya aumentos de impuestos por 19.500 millones de euros, fundamentalmente la polémica subida de las cotizaciones de la Seguridad Social. El IFS estima que los laboristas necesitarán otros 8.000 millones procedentes de subidas de impuestos y evalúa en casi 51.000 millones de euros los recortes de gasto aún no identificados. En su programa electoral, los laboristas se han comprometido a no subir el IRPF, no subir el IVA de productos básicos como alimentación, ropa infantil, libros, periódicos y transporte público, y proteger la inversión pública en servicios de primera fila como cuidado de los niños, escuelas, policía y el NHS (el Servicio Nacional de Salud).

Los liberales-demócratas han ido un poco más allá y sólo les falta por cubrir un agujero fiscal de casi 40.000 millones de euros.

Los conservadores están peor situados que sus rivales. Por un lado, tienen la ventaja relativa de que si consiguen gobernar quieren empezar el ajuste de forma inmediata, con un recorte del gasto de cerca de 7.000 millones de euros este mismo año, a través de un presupuesto de urgencia que aprobarían a las seis semanas de tomar el poder. El problema es que aún no han anunciado qué gastos en concreto piensan recortar. Pero el IFS ha concluido que empezar el ajuste de inmediato apenas tendrá impacto a largo plazo en el saneamiento de las cuentas públicas y que la deuda del Estado no llegará al 40% del PIB hasta 2031-32, el mismo año que si se aplican los planes de los otros dos partidos.

El otro problema que tienen los tories es que han convertido en bandera electoral su objetivo de no aplicar la subida de cotizaciones de la Seguridad Social aprobada por los laboristas el año pasado para entrar en vigor en el año 2011. Por un lado, el IFS estima que no tendrán margen para cancelar esa subida al 100%. Por otro, esa bajada de impuestos -respecto al escenario actual del Tesoro- obliga a los conservadores británicos a recortar mucho más el gasto público que a laboristas y liberal-demócratas.

Teniendo en cuenta todas las medidas que han anunciado hasta ahora, tienen aún un agujero de más de 60.000 millones de euros. "Los planes conservadores implican cortes del gasto o de los servicios públicos en un periodo de cinco años que no se ha visto desde la II Guerra Mundial", subraya el IFS.

El candidato conservador, David Cameron (izquierda), discute con Jonathan Bardley, padre de un niño discapacitado.
El candidato conservador, David Cameron (izquierda), discute con Jonathan Bardley, padre de un niño discapacitado.AFP

Recortes o tasas

- Déficit. Para ajustar

el déficit se puede subir impuestos y / o recortar gasto. El problema es qué gasto y qué impuestos.

- Situación actual. Lo habitual en Reino Unido es que la reducción de gasto y tasas sea a partes iguales.

- Propuestas. Los conservadores quieren basar el ajuste del gasto en una proporción de cuatro a uno: el 80% debe proceder de recortes y el 20% de subida de impuestos. Los liberales están en 2,5 a uno. Y los laboristas, dos a uno.

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