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El regreso de Haidar a El Aaiún

La 'guardia de corps' de Aminetu

Periodistas, enfermeras, políticos, abogadas, ingenieros y varios saharauis llegados de distintos puntos de España han apoyado a Haidar en Lanzarote

José Naranjo

Un grupo de turistas alemanes arrastra sus maletas a escasos metros del cuarto donde duerme Aminetu Haidar. Ninguno pregunta qué significan los carteles con la imagen de la activista que cuelgan por todo el aeropuerto de Lanzarote. Ni tampoco quiénes son esas personas que cuidan de Haidar y dan explicaciones sobre su huelga de hambre. Desde que fue expulsada de El Aaiún, un grupo de ciudadanos formó una especie de guardia de corps para arropar y cuidar a Haidar. El núcleo duro lo integraban unas veinte personas, entre las que había desde abogados a enfermeras, pasando por informáticos y políticos, así como una representación de la comunidad saharaui.

La tarea comenzaba temprano en las paradas de autobuses, donde AENA permitió que se ocuparan dos pequeños cuartos, uno para Haidar y otro para que duerma este grupo, en colchones sobre el suelo. Desde primeras horas de la mañana, el grupo de voluntarios se afanaba en sus ordenadores y sus teléfonos móviles en difundir la protesta por todo el mundo. Y han tenido éxito.

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La periodista jerezana Edi Escobar, simpatizante de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla, ha sido la persona más próxima a Aminetu. Su imagen empujando la silla de ruedas de Haidar ha dado la vuelta al mundo. Ella se encargaba de atender a la prensa. Ella trabaja en una agencia de comunicación.

Haidar y Escobar se conocieron en Sevilla, donde la activista estuvo recibiendo atención médica (también en Madrid) por las secuelas que le dejaron cuatro años en las cárceles marroquíes, sobre todo una úlcera sangrante y problemas lumbares. "Ya conocía su trayectoria, pero cuando nos conocimos surgió una buena amistad", asegura. Antes de que intentara regresar a El Aaiún el 13 de noviembre, Aminetu visitó a su médico sevillano. "Le pregunté si tenía miedo después del discurso del rey Mohamed VI y del encarcelamiento de los siete activistas detenidos en Casablanca. Me dijo que no, pero sabía que algo iba a pasar".

El presidente de la asociación sevillana es Fernando Peraita, de 55 años, quien también acampó en Lanzarote. Este ex base del Estudiantes ha sido uno de los portavoces del grupo de apoyo. Su relación con el Sáhara le llegó con el servicio militar en 1975. Hizo la mili en El Aaiún, donde vivió la salida de los españoles y la llegada de los marroquíes. "Eran el Ejército invasor y de repente les dejamos entrar. Yo estaba en el servicio de telegramas y recuerdo que un día llegó uno que decía que los marroquíes no estaban haciendo prisioneros y que sus tanques pasaban por encima de los saharauis heridos. Entonces abrí los ojos", asegura Peraita.

El otro portavoz de la plataforma es el conocido actor madrileño de 39 años Guillermo Toledo. Su primer viaje a Tinduf, en 2005, le marcó mucho. "Me sorprendió la organización política y social de los campamentos, cómo han sabido montar una democracia en un lugar límite", explica. Ahora dirige el festival de cine del Sáhara. Cuando se enteró de la expulsión y de la huelga de Haidar, decidió ir a Lanzarote para "dormir junto a ella como un perro. En la vida hay que decidir de qué lado quieres estar y yo estoy con los que luchan por la libertad y la autodeterminación de los pueblos y de las personas", explica.

Pero la voz de Aminetu ha sido Inés Miranda. Esta abogada canaria ha asumido, junto a la también letrada Lola Travieso, la representación legal de la activista. Ambas lideran el grupo jurídico del Consejo General de la Abogacía que desde 2002 acude como observador a los juicios que se celebran en El Aaiún, por lo que fue galardonado en 2006 con el premio Derechos Humanos de la International Bar Asociation. Miranda ha estado volcada en la defensa de Aminetu, a la que conoció en 2005 en El Aaiún.

Además, estaban Carmelo Ramírez, político grancanario que preside la Federación Española de Instituciones Solidarias con el Sáhara; Gurutze Irizar, enfermera, que se casó con un dirigente del Polisario y vivió entre 1975 y 1989 en los campos de Tinduf; Omar Bulsan, delegado del Polisario para los territorios ocupados; o Hamudi Iselmo, saharaui residente en Lanzarote que participó en la guerra como ingeniero de minas y que ha sido el intendente de Haidar y su entorno. También Tirsa, Chaska, Dani, Vivi, El Mami, Fefi, Octavio, Manolo...

Miembros del equipo de apoyo siguen hace días por televisión, en las inmediaciones del aeropuerto de Lanzarote, las noticias sobre Haidar.
Miembros del equipo de apoyo siguen hace días por televisión, en las inmediaciones del aeropuerto de Lanzarote, las noticias sobre Haidar.G. LEJARCEGI

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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