Rajoy presiona para resolver ya la crisis en Madrid y Valencia
Camps no aclara si cambiará el Consell y Aguirre no cede
Mariano Rajoy no tiene, de momento, intenciones de tomar ninguna medida drástica, según diversas fuentes de la dirección, en la reunión de mañana del Comité Ejecutivo Nacional. Está preparando un discurso muy duro contra los dirigentes que se han salido de la línea oficial, y está hablando con barones regionales para que intervengan para apoyarle -hasta ahora el silencio es la tónica de esas reuniones-, pero poco más. Eso sí, quiere llegar allí con los dos asuntos más delicados que tiene encima de la mesa, las crisis de Madrid y Valencia, en vías de solución. Por eso durante todo el fin de semana desde la dirección nacional se han sucedido las llamadas de presión, tanto a dirigentes madrileños como valencianos, para desbloquear los dos asuntos.
El líder del PP diseña un discurso duro y busca apoyos de los barones fieles
Camps, forzado por Génova, se inclina por elegir a Blasco como coordinador
En Madrid la cuestión es más delicada. El enfrentamiento ya sin vuelta atrás entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón complica la reunión. Pero sobre todo, Rajoy tiene pendiente el asunto que desató la crisis: la guerra de Caja Madrid. Todas las fuentes consultadas dan por hecho que Rodrigo Rato se impondrá finalmente a Ignacio González. Pero el pacto no está cerrado.
Aguirre exige que antes se resuelva lo de Manuel Cobo, mano derecha de Gallardón, que criticó a la presidenta en una entrevista en EL PAÍS. Sin embargo, Rajoy decidió dejar la audiencia del Comité de Garantías a Cobo para el miércoles, lo que retrasaría el acuerdo. La dirección va a intentar, según diversas fuentes, que Cobo se retracte para así contentar a Aguirre y dejar en un apercibimiento la sanción al vicealcalde, persona muy cercana a Rajoy.
Pero esto tampoco está ni mucho menos hecho. Además, Aguirre le ha expresado a Dolores de Cospedal, secretaria general y principal negociadora, su enfado por sus declaraciones del viernes. Entonces dijo que las palabras de Ricardo Costa, en las que insistía en que seguía siendo secretario general del PP de Valencia porque nadie le ha destituido, eran "más graves" que las críticas de Cobo a la presidenta. Los gallardonistas mantienen además un mecanismo de presión: tienen bloqueado el proceso electoral de la caja con un recurso judicial contra la reforma que promovió Aguirre para perjudicarles.
La presión sobre Aguirre está siendo muy fuerte, según diversas fuentes, y el propio Rato se ha puesto en contacto con ella para interesarse. Si se resolviera el asunto Cobo, todas las fuentes dan por hecho que ella no puede negarle a Rato la presidencia de Caja Madrid que tanto desea.
Mientras, en Valencia, Francisco Camps ha tenido que convocar, presionado por Génova, un Comité Ejecutivo Regional extraordinario para zanjar, al menos formalmente, el sainete montado con la destitución de Ricardo Costa, suspendido de militancia por la dirección nacional del partido el pasado jueves.
Génova le ha exigido a Camps que proponga formalmente el cese de Ricardo Costa (que todavía sigue pendiente) y que nombre un sustituto. También hay intensas presiones para que Camps haga cambios en su Gobierno, donde los dos vicepresidentes, Vicente Rambla y Juan Cotino, han quedado públicamente tocados por el caso Gürtel, el primero por sus relaciones con El Bigotes y el segundo porque la empresa de su familia, Sedesa, aparece como una de las posibles implicadas en la financiación irregular del partido.
Camps no parece dispuesto a cambiar el Ejecutivo, pero sí ha convocado para hoy a la cúpula del PP valenciano, consciente de que su propuesta de nombrar un nuevo secretario general y un coordinador regional será aceptada a regañadientes. El presidente provincial de Alicante, José Joaquín Ripoll, se opone a una propuesta que no ha sido negociada con los barones provinciales y que, en su opinión, no resolverá los problemas.
Su homólogo en la provincia de Castellón, Carlos Fabra, ha decidido apoyar lo que haga Camps. Especialmente, después de que se le haya recordado su condición de imputado por delito fiscal y varios delitos contra la Administración pública. Por su parte, el presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus, apoyará la propuesta que haga Camps, pese a que fuentes de su entorno reconocen que no le convence.
En la reunión de hoy, Camps tiene previsto proponer como secretario general a uno de los 22 miembros del Comité Ejecutivo Regional, previsiblemente de la provincia de Alicante. Aunque ninguno de ellos, ni siquiera Rafael Maluenda, ya designado portavoz parlamentario en sustitución de Ricardo Costa, tiene peso en el PP.
Para compensar esta situación, el presidente propondrá hoy el nombramiento de un coordinador general, que haga de hombre fuerte en el partido. Un cargo para el que ayer se barajaba el nombre del consejero de Inmigración, Rafael Blasco, aunque diversas fuentes insisten en que, si no cambia también el Gobierno, éste puede ser un nuevo parche que reviente en poco tiempo.
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