Gallardón asume las duras críticas de su 'número dos' a Aguirre

Sólo faltaba la confirmación de que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, piensa igual que su mano derecha, Manuel Cobo. De que asume las críticas lanzadas por su vicealcalde en la entrevista publicada ayer por este periódico en las que acusaba a Esperanza Aguirre y a su entorno de "montar una gestapillo" para espiarle a él y a Alfredo Prada o de "poner a Rato en un escaparate de cloacas y ambiciones".

Y así fue. A media mañana, en uno de los actos en los que nunca hace declaraciones ni permite preguntas y después de reunirse con Mariano Rajoy en la sede de Génova, Gallardón rompió su norma y asumió las palabras de su escudero. Sin tapujos. "Yo he respaldado siempre lo que Manuel Cobo ha hecho y, desde luego, le puedo asegurar que esta vez no va a ser una excepción", lanzó.

La presidenta regional considera "idiota" dividir ahora al PP

Quizá le animó que a primera hora de la mañana su partido hubiese convocado el Comité de Derechos y Garantías para estudiar posibles sanciones a su segundo. O que la propia Aguirre juzgase "idiota" el intento, según ella, de crear "un enfrentamiento" dentro del partido. Pero no se cortó Gallardón en apoyar a Cobo y recomendó analizar bien la polémica entrevista: "Estoy seguro de que de la lectura en profundidad de esa entrevista se podrá coincidir o discrepar. Algunos aspectos podrán generar alegría o algún disgusto, pero no creo que en ninguna de esas expresiones haya cosa distinta de lo que ha caracterizado a Cobo, que es su profunda lealtad a nuestro partido".

Y precisamente, al autor de las declaraciones también se citó con la prensa a las puertas del hotel Ritz, donde asistía a una entrega de premios, para reafirmarse en lo dicho. En el mismo lugar y a la misma hora estaba prevista la presencia de Aguirre. Pero la presidenta regional se quedó a resguardo en la sede de la Comunidad. Sin ella, el vicealcalde pronunciaba ante los medios la confirmación de lo que es ya una guerra abierta sin los disimulos de los últimos tiempos: "Aguirre en el ejercicio de su libertad de expresión como militante y como ciudadana dijo a Mariano Rajoy que la dirección nacional del Partido Popular lo estaba haciendo no mal, sino muy mal. Yo he dicho algo muy parecido de la dirección regional del PP, pero lo he argumentado". Da la sensación, sin embargo, que Cobo ha ido un paso más allá de lo que fue Aguirre.

Mientras tanto, en el partido asistían atónitos al nuevo episodio de la lucha. "Yo ya no lo entiendo, le he perdido la pista a mi partido", resumía un cargo del PP, involucrado en la resolución de este conflicto. "Lo mejor para todos es que esto pase sin hacer demasiado ruido. A nadie le beneficia toda esta polémica", confesaba una diputada regional un tanto preocupada.

En la dirección nacional, en boca de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y sin llegar a desautorizarle, llegaron las criticas a las declaraciones de Cobo. La ropa sucia se lava en casa, vino a decir Cospedal: "Las declaraciones y los asuntos que tienen que ver con el PP creo que se tienen que hacer en el seno de los órganos del partido y no mediante ningún tipo de declaraciones públicas". Además, aprovechó el recuerdo del que fuera jefe de la Casa del Rey para exponer que "la lealtad, la prudencia, la disciplina, el saber estar y la discreción son unas grandes cualidades para estar en la vida pública". Cospedal no quiso aclarar después si esas palabras también eran aplicables a Aguirre.