Defensa no enviará militares a los atuneros del Índico
"Los piratas no tienen nada que perder", dice un marinero vasco tras otro ataque
Los armadores atuneros desplazados en aguas de Somalia, en aguas de piratas, salieron ayer "decepcionados" de la reunión con el secretario general de Política de Defensa, Luis Cuesta, y el secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, para discutir medidas de seguridad en la zona. Los armadores reclamaron al Gobierno que implante el modelo francés: cuatro marines a bordo de cada buque para disuadir a los piratas. Pero el Ejecutivo se opone, alegando que la legislación española lo impide. Defensa ofreció a los armadores la presencia de la fragata Canarias en la zona donde faenan los españoles entre septiembre y octubre, además de contacto permanente con los militares. Pero para los atuneros no es suficiente.
Los armadores explicaron que los representantes del Gobierno les propusieron que llevaran a bordo seguridad privada. "Descartamos totalmente esta opción. No tanto por el coste, sino porque sería inútil, porque el armamento que puede llevar legalmente el personal de seguridad privada es como el que lleva el portero de un edificio o de una discoteca: tirachinas, al lado de los bazucas de los piratas, y no serviría como elemento disuasorio. Nosotros no queremos que se maten piratas desde nuestros buques, sino que haya personal suficientemente armado como para disuadir los intentos de ataque", explicó una portavoz de los atuneros.
Actualmente hay 17 buques españoles desplazados en aguas de piratas. La flota comunitaria en la zona asciende a 54 buques (españoles, italianos y franceses) y 1.300 tripulantes. "Ahora nos pasan partes diarios de la actividad de los piratas y los medios militares aéreos nos mantienen informados, pero no tienen capacidad para controlar una zona tan grande", añadió la representante de los atuneros.
Por otro lado, el atunero español Intertuna II, con base en las Islas Seychelles y propiedad de la empresa vizcaína Albacora, denunció un nuevo intento de secuestro en la madrugada de ayer por parte de los piratas en aguas internacionales, a 450 millas de la costa somalí. Es el tercero en menos de una semana.
Carlos Riobó, capitán del buque vizcaíno, relató a EL PAÍS que el radar detectó la embarcación cuando se encontraba a 11 millas de distancia. Aunque tenían las redes echadas, los pescadores lograron recogerlas a tiempo y escapar. Sus 29 tripulantes -cinco vascos, nueve gallegos y los demás extranjeros- no pudieron contar con la ayuda de la fragata española Canarias, que se encontraba en el puerto de Mombasa, a 1.000 kilómetros del lugar, recalcó Riobó.
"Los piratas no tienen nada que perder", sentenció el capitán. "Salen a la desesperada. Después de ser lanzados por las naves nodrizas, pueden pasar hasta 15 días en el cayuco. Su única oportunidad de sobrevivir, a veces, pasa por secuestrar un barco", relató. Los marineros echan en falta saber en qué posición se encuentra la fragata Canarias y recalcan la importancia de la seguridad en estas fechas. "Este tipo de incidentes supone una pérdida abismal, porque el 70% de la pesca del año se realiza entre septiembre y noviembre", añadió el capitán.
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