La fiscalía italiana sospecha que miles de edificios en L'Aquila tenían defectos
Berlusconi abre una oficina del Gobierno en la zona afectada por el terremoto
La fiscalía de Italia ha anunciado que arrestará a los constructores que hayan levantado edificios en la zona afectada por el terremoto sin respetar la legislación antisísmica. El fiscal jefe, Alfredo Rossini, declaró: "El Estado debe dar respuesta a las víctimas y a sus familiares. El que haya especulado provocando esta tragedia con casi 300 muertos será llevado ante la justicia". Los servicios de Protección Civil estimaron que un terremoto de magnitud 5,8 en la escala Richter debería haber dañado en la zona afectada sólo 38.000 edificios, en lugar de los 60.000 registrados. Así pues, la fiscalía sospecha que la diferencia de 22.000 edificios entre estimaciones y realidad refleje muchas irregularidades en la construcción.
El seísmo causó 294 muertes y dejó sin hogar a más de 55.000 personas
El cemento de algunos bloques estaba mezclado con arena de playa
Mientras tanto, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, dio ayer por concluida la fase de emergencia del terremoto que ha devastado la provincia de L'Aquila, en la región de los Abruzos, y anunció que la primera misión de su Gobierno será reconstruir la zonay asistir a los más de 55.000 habitantes que se han quedado sin hogar.
Omnipresente desde el día 6 en el área del terremoto, cuyo balance se fijó ayer en 294 muertos, el primer ministro visitó durante el domingo de Pascua algunos de los 106 campamentos donde se alojan más de 30.000 desplazados, y tras oír misa junto a las familias y los servicios de socorro, comunicó que ha abierto una oficina de la Presidencia del Gobierno en L'Aquila para supervisar los trabajos de reconstrucción.
Su Gobierno, explicó, aprobará en dos semanas un Decreto Abruzzo en un Consejo de Ministros a celebrar en L'Aquila. Pero advirtió además a su equipo que "evite visitar la zona para hacer pasarelas mediáticas". "Sólo deben venir los que tengan algo útil y concreto que hacer", dijo.
Remangado y verazmente tocado por la tragedia, Berlusconi ha seguido muy de cerca y bajo gran despliegue de medios la crisis. En el impresionante funeral de Estado del viernes, eligió colocarse entre las familias de las víctimas en vez de ocupar su silla entre las autoridades. Allí lloró, consoló, abrazó, y fue consolado.
El primer ministro ha sido criticado por comentar que las víctimas debían tomarse el realojo como "un campamento de fin de semana", y algunos medios le han afeado el "gesto populista" de ofrecer tres de sus casas a los sin techo. Pero esa forma tan personal de gestionar la crisis ha aumentado su popularidad en los sondeos hasta el 73%, según reveló él mismo a Canal 5.
Según detalló Berlusconi, 21.899 personas han sido realojadas en hoteles, más de 3.000 en viviendas particulares y 33.306 en los 106 campamentos. En cuanto a la ayuda, hay 12.052 personas trabajando sobre el terreno.
Atendiendo a las declaraciones de los bomberos, la fiscalía de L'Aquila sospecha que decenas de construcciones, levantadas desde los años setenta en adelante, no cumplían ni siquiera las reglas básicas. La investigación se plantea perseguir tres posibles delitos: homicidio culposo, matanza y desastre culposo, y trata de prevenir además "la infiltración de las mafias en una reconstrucción tan apetitosa".
Según los fiscales, el cemento utilizado en algunos edificios que se derruyeron como si fueran de papel era sólo presunto. En algunos casos, estaba mezclado con arena de playa, cuya salinidad corroe el hierro. Otros constructores utilizaron materiales y hormigón de ínfima calidad. Los arquitectos regionales hablan también de proyectos mal realizados, vigas mal colocadas y pilares más estrechos de lo debido.
Un barrio de L'Aquila, Pettino, fue erigido sobre la gran falla de diez kilómetros que se desplazó 15 centímetros el día 6 causando la destrucción. Trescientos ingenieros llegarán al lugar el martes para recoger muestras de las ruinas. Los fiscales se dicen dispuestos a "arrestar a los culpables".
El fiscal jefe anunció ayer que iniciará su investigación por los edificios públicos. El Palacio del Gobierno, el Catastro, la Residencia de Estudiantes y el hospital de San Salvatore, que tardó 30 años en ser alzado y quedó inservible en segundos, son los símbolos del desastre. Sus escombros dirán si todo fue culpa de la naturaleza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.