Carmencita, una firma a prueba de crisis
Pocas firmas resisten bien el paso del tiempo y muchas menos cuando encaran coyunturas adversas como la actual. Carmencita, la primera empresa española de especias radicada en Novelda y a punto de cumplir el siglo, no solamente sale indemne de la crisis sino que ha conseguido un logro de extraordinario mérito en el plano socio-económico. Casi un siglo después desde su gestación, la firma de Jesús Navarro jamás ha prescindido de ningún operario. Su plantilla asciende a 180 trabajadores, y algunos son nietos de aquéllos que contribuyeron a levantar primera empresa española en su sector.
Jesús Navarro, hijo del fundador y actual presidente de la mercantil, dice que no prescindirá jamás de ningún trabajador, salvo por propia voluntad. Es su gran satisfacción. "Ésa es la constante que hemos mantenido a lo largo de la trayectoria de Carmencita. Y esa filosofía es la que he inculcado a mis hijos y sobrinos", enfatiza.
El comercio de azafrán a granel fue el germen de su éxito. Jesús Navarro Jover, fundador de la empresa en 1920, comenzó comprando el azafrán para luego comercializarlo. Ahora, su producto estrella comparte protagonismo con especias procedentes de todo el planeta; canela de Sri Lanka, pimienta de Singapur, o ajo de china, entre otros. Y así hasta 90 productos distintos con setecientas presentaciones diferentes.
Treinta años después de sus inicios, un mecánico local de motos ideó una maquinaria capaz de suplir el trabajo de diez mujeres. Un invento que pronto hizo suyo la familia Navarro. "No podía deshacerme de unas mujeres que habían estado con mi padre. Así que las pusimos a envasar", recuerda su hijo que ya ha rebasado la barrera de los 80 años. Fue, así, como Carmencita consiguió ser pionera en el envasado de condimentos, una especie de trampolín que les llevó "a crear más y más". Hoy su actividad se centra en la selección, envasado y distribución de especias (importadas de todos los rincones del mundo), infusiones y productos de pastelería.
Cuenta su presidente que la receta de su éxito es la "continua innovación y el buen hacer". "No hay día que no vea algo nuevo cada vez que vengo a la empresa", dice este patrón, galardonado con la insignia de oro y brillantes de la Cámara de Comercio de Alicante, que sólo acude a la empresa para firmar en calidad de presidente.
De acuerdo con datos facilitados por la propia factoría, la empresa Carmencita ocupa actualmente el 25% de la cuota de mercado de España. Las cifras dan cuenta de su éxito: el pasado año, la firma facturó 50 millones de euros.
Y siguen creciendo, según Navarro. "Ahora hay que sumar la alianza con Mercadona y su marca Hacendado ha sido lo que ha dado el énfasis definitivo", agrega.
La próxima meta de Carmencita es recuperar la producción del azafrán, un cultivo casi ya perdido en España por la dureza de la recolección. "Aunque ya no lo veré, recuperaremos el cultivo del azafrán", augura.
Una rigurosa administración heredada de generación en generación y la habilidad para adaptarse a las nuevas tecnologías ha permitido a esta firma competir en la economía global y salir indemne de las cíclicas crisis del mercado capitalista.
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