Greenspan admite que cometió errores por no anticipar la crisis
"Estoy conmocionado por el maremoto crediticio", asegura
Alan Greenspan, presidente de Reserva Federal (Fed) desde 1987 a 2006, reconoció ayer que se equivocó "parcialmente" al valorar los riesgos asociados a los derivados de deuda que están detrás de la crisis. Y dijo que no fue capaz de anticipar la amplitud y severidad del "maremoto crediticio" que tiene en jaque al sector financiero. "Estoy conmocionado", dijo el ex presidente del banco central de Estados Unidos, que defendió en el Capitolio la estrategia que siguió en la recta final de su mandato.
El gurú compareció ayer ante el comité de supervisión de la Cámara de Representantes junto al ex secretario del Tesoro John Snow y el presidente de la autoridad reguladora del mercado de valores (SEC), Christopher Cox, para analizar los errores que llevaron a la borrachera de las hipotecas basura y sacar lecciones que permitan evitar que la crisis se repita.
Una de esas lecciones es que la reputación de Alan Greenspan no está labrada en piedra, mientras la figura de su antecesor, Paul Volcker, favorable a la regulación, suma enteros.
Los congresistas lamentaron que la Fed y la SEC pusieran por delante su ideología ante las "prácticas irresponsables" que alimentaron los abusos en el mercado de crédito, y que ahora amenazan a la economía real.
Y es que cada vez más dedos señalan a Greenspan de ser en parte responsable de la crisis, por haber dejado el ponche del dinero barato más tiempo del necesario sobre la mesa, cuestionando así la estrategia que aplicó para salir de la recesión de 2001. Además, se le reprocha no haber utilizado sus "poderes" para imponer un mayor control sobre los nuevos productos financieros que afloraban.
El gurú se defendió diciendo que ya advirtió en 2005 que la manera en la que se estaban valorando los derivados "tendría terribles consecuencias". Y escurrió así el bulto hacia el trabajo realizado por las agencias de calificación. Pero el demócrata Henry Waxman, presidente del comité, no tardó en recordarle su defensa de los derivados para dispersar el riesgo.
El ex presidente de la Reserva Federal no tuvo más remedio que reconocer haberse equivocado "parcialmente" y dijo que su gran error estuvo en "presuponer" que las instituciones financieras se vigilarían entre ellas, para preservar sus intereses y el de los accionistas. "Aún no puedo entender cómo pasó". Esta falta de regulación voluntaria, dijo, provocó que se derrumbara el edificio.
El maestro dijo que la crisis "está resultando ser más grande de lo que podría haber imaginado nunca" y alertó de su impacto en el empleo. El ex responsable de la Reserva Federal cree que la salida pasa por una estabilización del precio de la vivienda. Para ello, la Casa Blanca estaría trabajando en un plan para frenar la oleada de desahucios, con incentivos para que los bancos modifiquen las hipotecas a riesgo. Según The Wall Street Journal, los incentivos podrían superar los 35.000 millones de euros.
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