El riesgo en Latinoamérica hunde a las empresas españolas en la Bolsa

A la luz de los últimos datos de actividad y paro, se podría pensar que la economía española había perdido algún partido en la Champions. Incluso se podría sospechar que la banca nacional, amenazada por un aumento de la morosidad, puede tener más dificultades de las que confiesa. Pero lo que pocos preveían es que la fuerte presencia de las empresas españolas en Latinoamérica se uniera a la lista de problemas.

La Bolsa española se dio ayer un nuevo batacazo arrastrada por la convulsión que ha supuesto la decisión del Gobierno argentino de nacionalizar los fondos de pensiones, cuestionando una vez más, la seguridad jurídica de las inversiones en el país y extendiendo esas dudas al resto de Latinoamérica. El Ibex 35, que agrupa a las principales empresas, cayó un 8,16% -la segunda mayor caída de su historia-, casi el doble que el resto de las plazas europeas. Marcó el mínimo anual (8.995 puntos), pulverizando la anterior marca del pasado 10 de octubre, el fatídico viernes negro en el que se hundieron las Bolsas mundiales. En la práctica, el mercado ha perdido ya todo lo ganado por la inyección de confianza que supuso el anuncio de los planes de rescate europeos para la banca, y se sitúa en niveles de abril de 2005.

Buenos Aires tuvo que aclarar que no va a nacionalizar YPF

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Sólo las Bolsas de Buenos Aires y Brasil se comportaron peor que la española. La plaza argentina llegó a caer un 17%, el mayor descenso en 10 años, para cerrar luego al 10,11%. Y el mercado brasileño tuvo que interrumpir sus operaciones durante casi media hora al superar el límite del 10%. Wall Street culminó otra jornada fatídica con un retroceso del 5,7%.

El decretazo del Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner para nacionalizar los fondos de pensiones, que poseen el 5% del capital de las compañías que componen el índice Merval, asustó a los inversores, que temen que éste sea un nuevo corralito, como el que atrapó en 2001 los depósitos bancarios de millones de ciudadanos. Esta vez están en juego más de 22.000 millones de euros, que pueden aligerar las necesidades del Estado, a costa de los ahorros de 9,5 millones de afiliados.

Las grandes multinacionales españolas fueron golpeadas con dureza en la Bolsa. La que sufrió el embate más duro fue Repsol, que posee YPF, la mayor petrolera del país. Perdió el 15,75%, el mayor desplome de su historia y, por primera vez, fue superada en valor bursátil por Cepsa, que tiene la mitad de tamaño. La alarma en la petrolera que preside Antonio Brufau era tal ante los rumores de una posible nacionalización de YPF, que el ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, acudió a la sede de la multinacional para garantizar a sus directivos que "en Argentina las empresas tienen seguridad jurídica". Por lo pronto, la primera consecuencia de este desastre bursátil será que el plan de Repsol de colocar en el mercado el 20% de YPF queda aparcado sine die, aunque la petrolera no haya dicho nada oficialmente.

El resto de firmas españolas con presencia en Argentina también sufrió un duro castigo. Santander cayó un 9,91%; el BBVA, el 9,10% y Telefónica, el 8,83%. La depreciación de las monedas de otros países, como México o Brasil, también han colaborado en el derrumbe. La mayor caída, la de Gamesa (22%) se debió en cambio a un parón en la producción de la empresa.

Pero a la Bolsa española no sólo le pesa Argentina. Los datos nacionales también vientos sombríos. El Gobierno ha sido el primero en aplicar la tijera de la inversión. En los nueve primeros meses, licitó por 11.676 millones de euros, lo que supone un 35,7% menos que en el mismo periodo del año anterior, según la patronal de las grandes constructoras Seopan.