"En A Coruña y Vigo ofreceremos a final de año Internet a 100 megas"
La carrera por la velocidad ultrarrápida en Internet no se detiene. Descargar en tres minutos un DVD, ver varios canales de televisión o participar en una videoconferencia con sensación 3D va a ser posible dentro de muy poco en Galicia. Arturo Dopico, (A Coruña, 1963), principal artífice del éxito de la compañía de cable R, apuesta por ello y advierte que la sociedad de la información tendría que estar aquí a la altura de países como Corea o Japón, donde la mitad de las conexiones por banda ancha ya son de 50 y 100 megabites por segundo (Mbps).
Pregunta. ¿Ha cambiado algo en R desde la toma de control de Caixanova?
Respuesta. La verdad es que no. Diría que hay una continuidad total.
"Nuestra velocidad en Internet es real. Damos lo que ofrecemos"
"Contesto personalmente a quien me explica los motivos de su baja"
"Los clientes de ciudades de tamaño medio también quieren conectarse"
P. Hasta el presidente, Honorato López Isla, se queda.
R. Gozar de un presidente como Honorato para nosotros es un privilegio.
P. ¿Cuántos municipios han cableado?
R. Empezamos este año en 46 ayuntamientos y el objetivo es acabar en 86. Estamos al final de un plan que iniciamos en 2005 para extendernos en las principales villas gallegas como Monforte, Sarria, Cangas, Lalín... Era un plan de 150 millones de euros de inversión que estamos cumpliendo.
P. ¿Piden en Monforte lo mismo que en A Coruña?
R. Para nuestra sorpresa, la respuesta de los clientes sigue el mismo patrón que en las siete grandes ciudades y sus áreas metropolitanas. En telefonía, por nuestro esquema de oferta, la penetración es del 100% en el ámbito residencial. En Internet ocurre lo mismo, lo cual tira por tierra el mito de que sólo se demanda en las ciudades.
P. ¿Logran superar a Telefónica?
R. Sí, en las zonas donde competimos. La explicación es muy sencilla: los clientes valoran la calidad del servicio, el precio y la atención.
P. ¿No son ustedes más caros?
R. No, al revés. Somos más baratos en todos los productos comparables. Y somos transparentes en el precio, que lo incluye todo. Esa es una de las razones de nuestra penetración. Apostamos por construir una red completamente nueva mientras el resto de operadores en Galicia alquilaban la vieja red existente. Jazztel, Orange, Comunitel... Al final sobreviven los operadores que tienen red propia. Y eso, por ejemplo, nos permite ofrecer llamadas gratuitas entre clientes R.
P. ¿Cuál es su política en alta velocidad para Internet?
R. Ha habido dos modos de actuar. Nosotros apostamos por construir en el año 2000 nuestra red de fibra óptica, y además la llevamos hasta cada edificio. Se ha demostrado que es el medio con más capacidad, tanto actual como futura, para prestar todos los servicios. El resto de los operadores le están sacando partido a la antigua red del par de hilos de cobre con técnicas de codificación como la ADSL. Pero la ADSL no es más que eso, una técnica de codificación sobre un medio muy restringido. En el último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones se dice que el 67% de los clientes de R tiene seis megas de velocidad o más. En España, de media, el 65% tiene tres megas o menos.
P. ¿Y ustedes anunciarán más megas?
R. A finales de año vamos a pasar la velocidad estándar, de seis megas, a 12. Por eso hemos sido elegidos por la OCU durante cinco años como mejor proveedor de Internet en España. A final de año ofreceremos en A Coruña y Vigo velocidades de 50 y 100 megas.
P. Muchos internautas piensan que deberían dar menos megas y mejores precios.
R. En este punto hay una confusión generalizada. No vale comparar el precio de un mega de velocidad nominal con la real. Nuestra velocidad es real. Métase en un velocímetro y vea que en cada conexión damos el 95% o el 98% de la velocidad que ofrecemos. Otros operadores anuncian 20 megas y realmente dan cinco o seis.
P. ¿No hay un control sobre eso?
R. El ministro Miguel Sebastián ya ha dicho que va a obligar a que todos los operadores den, al menos, el 80% de la velocidad que prometen. De manera que muchos ya están anunciando 12 megas en vez de 20. Es un buen paso. Tenemos que hacer entre todos un mercado serio.
P. ¿Qué pasará con Internet en las aldeas más remotas?
R. Va a ser inviable cablear toda Galicia. La solución está en la tecnología sin hilos, wi-max, concebida como la evolución del wi-fi. Estamos en el nacimiento de una tecnología que nos puede ayudar a dar esa cobertura, aunque no tiene todas las capacidades de la fibra óptica.
P. Este año han empezado con la telefonía móvil, ¿es difícil ser un operador más?
R. Tenemos una estrategia muy clara, que es apostar por una red propia. En el móvil hemos invertido en lo que hemos podido. En centrales de conmutación, en bases de datos de clientes, en plataformas de SMS, MMS, Wav... Lo único que no tenemos son frecuencias para instalar antenas y hemos llegado a un acuerdo con un operador. En cuanto a nuestro objetivo de conseguir 30.000 clientes en el primer año, creo que se va a superar. Nuestro crecimiento puede ser inmenso si pensamos que en Galicia hay 2,6 millones de líneas. Además, vamos a empezar a ofrecer productos convergentes, es decir, que cualquiera pueda recibir una llamada en el móvil, en el fijo o en el PC.
P. ¿Cómo les afectará la Televisión Digital Terrestre?
R. Hasta ahora los españoles podíamos ver siete canales en analógico. Al pasar a digital, cada uno de ellos ocupará menos frecuencia y habrá espacio para más canales generalistas en abierto. Pero la audiencia de TV está cada vez más segmentada. El 30% de la población ya opta por canales temáticos. Así que creo que no tiene sentido adjudicar esas frecuencias a canales locales, como se está haciendo, porque es poco probable que sean rentables. Lo que tenía que haber hecho el Ministerio es reservar esa frecuencia para la sociedad de la información [banda ancha o telefonía móvil].
P. ¿Cuál es la estructura de ingresos de R?
R. La televisión supone el 10% de la facturación. En telefonía móvil estaremos en el 2,5%, y el resto se debe a Internet y la telefonía fija. En cuanto a nuestros clientes, el 36% son empresas, y eso hace que seamos la primera operadora de cable de Europa con un porcentaje tan alto procedente del mundo empresarial.
P. Ahora que han alcanzado un tamaño considerable, ¿no tienen miedo de despegarse de los clientes?
R. Le voy a contar un detalle: cuando alguien se da de baja enviamos un cuestionario para saber el motivo. Yo personalmente respondo a todos los que nos contestan. Y a veces veo que nos hemos equivocado. Eso es importante, porque así aprendemos de nuestros errores.
P. ¿Cómo ve el sector de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en Galicia?
R. Lo veo bastante pujante. Hay una apuesta de la Administración pública para olvidar la política del hormigón. En este momento de crisis tenemos que pensar en los valores que queremos transmitir como modelos. Apostar por el textil, el naval o las TIC es importante. Si hace un mapamundi de la banda ancha verá una identificación clara de las zonas más pujantes con las más desarrolladas. Galicia, por ejemplo, apostó en su día por Call Centers, como Irlanda, y ahora dan servicio a todo el mundo. Hay que generar empresas que resistan los cambios del ciclo económico.
P. ¿Cuándo recuperará R lo invertido y será una empresa rentable?
R. Este año completaremos una inversión de 700 millones en 10 años. Podríamos llegar a los 1.000 millones en 12 ó 13 años. Piense que este es un proyecto a muy largo plazo, con un periodo de recuperación muy extenso. Por fin hemos alcanzado el beneficio neto y estamos a punto de alcanzar el flujo de caja positivo. A partir de aquí, tendremos que recuperar las pérdidas acumuladas y el dinero que han puesto los accionistas, que llevan una década sin recibir dividendos.
P. ¿Tienen problemas con sus clientes por utilizar normalmente el gallego?
R. El gallego significa rentabilidad para nosotros porque es identidad. Y no estoy hablando de identidad política en absoluto. No lo entendemos como una herramienta política, sino desde el punto de vista de nuestro patrimonio cultural. Los idiomas no ocupan espacio en nuestra cabeza, yo he aprendido tres y estoy con el cuarto. Renunciar a una riqueza como esa es de bárbaros.
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