Misión: evitar el colapso del sistema
Bank of America pagará 30.700 millones por Merrill Lynch como cortafuegos
Las primeras fotos que transmitieron las agencias internacionales ayer por la tarde eran de John Thain, el máximo responsable de Merrill Lynch, el tercer mayor banco de inversión. Thain abandonó la reunión de la Reserva Federal (Fed) de Nueva York con una seriedad en el rostro que traslucía los problemas que rondaban su cabeza. Este ejecutivo, flamante jefazo de la Bolsa de Nueva York, fue el fichaje estrella (con un sueldo de más de 30 millones de dólares) para sacar a Merrill del atolladero de la crisis de las hipotecas basura. Llegó en noviembre de 2007 y un año después ha tirado la toalla para vender la entidad a Bank of America.
Minutos después de que se supiera que el primer banco comercial de Estados Unidos, Bank of America, abandonaba la puja por Lehman Brothers, saltó la noticia de su posible unión con Merrill Lynch. El mercado daba por hecho que este banco era la siguiente víctima de la crisis. Con esta operación, se puede dejar morir a Lehman, pero se evita un colapso general del sistema financiero de Estados Unidos. Lo que quieren las autoridades es evitar que cunda el pánico y se piense que todas las entidades ocultan pérdidas gigantescas. "Estos bancos forman el mercado de capitales de Estados Unidos y si se bloquean, se paralizan todos los mercados mundiales", explica un profesional del sector.
Las alarmas saltaron cuando Merrill se depreció un 36% en Bolsa en una semana
Merrill Lynch fue el primero en reconocer que estaba estudiando la oferta de compra de Bank of America. Esta entidad pagará 28 dólares por acción, el mismo precio que tenía Merrill el lunes 8 de septiembre. El problema es que Merrill ha perdido un 36% de su valor en sólo cinco días de Bolsa y un 70% desde enero. Bank of America pagará 44.000 millones (30.700 millones de euros), que es dos tercios del valor de Merrill hace un año y la mitad de la que valía a principios de 2007.
Thain vende el banco porque tenía todas las alarmas encendidas. Como dice un banquero de inversión, "lo importante es no cruzar la línea roja, esa situación a partir de te que los mercados te dan por muerto, como le ha ocurrido a Lehman". Thain era consciente de que Merrill era el siguiente y ha reaccionado, a costa de acabar con los 94 años de historia de la entidad.
Hasta ahora, Bank of America no se ha visto apenas afectado por la crisis de las hipotecas basura. De hecho, en enero pasado compró Countrywide, la mayor hipotecaria independiente, por 4.000 millones de dólares.
Algunos analistas consideraron precipitada esta adquisición, pero sus ejecutivos están dispuestos a tragarse un segundo plato más pesado. A la larga, los analistas creen que ambas entidades saldrán ganando ya que tienen culturas similares y coinciden en algunas áreas de negocio, como la gestión de fondos y la banca privada. Estas divisiones son anticíclicas, es decir, buenos flotadores para momentos como los actuales de fuertes caída del negocio financiero.
Lo que les diferencia es la banca de inversión. Probablemente este negocio no interese a Bank of America, pero Thain se ha encargado de reducirlo y provisionarlo en buena medida. Esto es lo que no hizo Lehman, según algunos analistas, y le ha costado la vida. Citigroup también vio las orejas al lobo por lo que vendió activos por más de 10.000 millones y anunció el despido de 9.000 empleados. En marzo pasado, Thain visitó España y declaró que había hecho frente a los principales problemas. Sin embargo, advirtió de que era imposible tapar todas las hemorragias "porque siempre que haya créditos inmobiliarios dependemos del mercado. Si éste se sigue hundiendo, las necesidades de tapar agujeros aumenta y se necesita más capital". Thain reconoció que tenía pies de barro porque dependía del mercado. Al final, se ha hundido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.