El laberinto de Iván Turguéniev
En Bougival, a 15 kilómetros de París, una casa museo rinde homenaje al más europeísta de los grandes escritores rusos
Un antiguo adagio japonés dice: "Durante su juventud, el hombre ama a las mujeres; en la edad madura, las artes, y en su vejez, su casa y su jardín". Esta aguda observación puede ser recordada mientras se sube por la empinada senda silvestre que conduce al Museo Iván Turguéniev, en Bougival.
A media hora de París (unos 15 kilómetros por carretera o en tren), este pueblecito lírico y florido, refinado, con recios caserones y pequeñas calles serpenteando entre residencias privadas, esconde su baluarte. Levantada sobre el claro de un bosque, flanqueada por suaves laderas y el río Sena, la propiedad del escritor ruso Iván Turguéniev (Orel, 1818-Bougival, 1883), un antiguo pabellón de caza junto al que construyó su magnífica residencia estival, surge a la vista como una frase novelesca.
En este lugar vivió Turguéniev, uno de los mejores estilistas de la literatura rusa, los últimos años de su vida, y aquí falleció. El paraje, frondoso, de contornos y desniveles camuflados por renovaciones modernas, contiene los ingredientes naturales necesarios para un alma cuya conciencia busca el sosiego
El artificio urbano, lo superfluo y ceremonioso, obsesión del escritor, parece desterrado en Bougival. Rodeado por árboles protectores, inocentes melodías de pájaros y el azul celeste y silencioso, quizá fue éste el sitio de su sueño hacia la felicidad imposible.
En el museo, la galería de la planta baja expone retratos y pinturas (algunos, muy logrados; otros, simples esbozos recogidos aquí o allá), manuscritos originales, libros y diversos enseres relacionados con el autor de Padres e hijos y Diario de un cazador. Todo refleja un entramado familiar complejo, animado por pasiones secretas y dolores cruzados, prototipo realista del mejor folletín sentimental en prosa del antiguo régimen.
En el primer piso se halla lo que fue su gabinete de trabajo. Techo alto, tinturas y tapizados rojos, ornamentos, sillones, diván, una biblioteca artesanal. Cuatro ventanales iluminan la mesa auténtica donde creaba el escritor. La superficie de esta tabla, cuya primera capa de madera astillada muestra marcas dejadas por el tiempo, produce una extraña sensación. El ambiente de la burguesía aristocrática culta del siglo XIX ha sido minuciosamente reproducido. El refugio, mezcla de estilo suizo y dacha rusa, se conserva gracias a la prodigiosa energía del erudito en literatura rusa y española Alexandre Zviguilsky (gran conocedor de Quevedo y Góngora) junto a miembros de una asociación de amigos del escritor. Cada domingo reciben a los visitantes.
Turguéniev, abonado a la Ópera de San Petersburgo, descubre allí a su musa, Pauline Viardot, cantante francesa hija del tenor español Manuel García y hermana de la diva romántica María Malibran. Era 1843. Pauline va acompañada de su marido, Louis Viardot, letrado y crítico de arte, traductor del Quijote. El escritor ruso se vinculará a través de la amistad (y seguramente del amor) toda su vida a esta pareja y a sus hijos, artistas todos, y de esa relación existe una abundante correspondencia publicada. La familia de Pauline le presentará a George Sand en una de las visitas a su castillo de Courtavenel-en-Brie. Las malas lenguas dicen que el escritor ruso adquirió su casa en Bougival para estar a sólo treinta metros de la bella Pauline.
Un consejo para Tolstói
Por paredes y escaleras vemos grabados y curiosidades que describen diversas épocas, y personajes contemporáneos con los que mantuvo alguna relación: Dostoievski, la condesa Elisabeth Lambert, Daudet o Gontcharov. Occidentalista y proeuropeo convencido, en contra de los eslavófilos, en 1855 el escritor acogerá en su casa al joven Tolstói de regreso de la guerra de Crimea (1854-1856) y le aconsejará: "La carrera militar no es la suya; escoja otro destino, su arma no es la espada, sino la pluma". Dos años más tarde Turguéniev se encuentra en París con Prosper Mérimée y visitará a Alejandro Dumas. Luego, en 1867, conocerá a Littré, Sainte-Beuve y Flaubert, de cuyos ensalmos y rivalidades el museo de Bougival muestra documentos. Amigo de los hermanos Goncourt, admirado por George Sand y Zola, tolerante y moderado, siempre fue sensible al progreso social, favorable a las reformas y a la abolición de la servidumbre en Rusia.
En el primer piso, donde está la cama en la que murió Turguéniev, en 1883, junto al magnífico balcón con marquesina robusta abierto al hermoso jardín y la arboleda que rodea la residencia, vuelve a surgir el demonio del arte y sus preguntas. La habitación refleja aspectos del carácter eslavo: austeridad puritana, dureza, seca frugalidad, percepción pesimista ante las fuerzas oscuras de la naturaleza; un poco como si el frío de las estepas o la nostalgia helada de las almas pobres o muertas se colase en el interior.
En un artículo necrológico, Maupassant dirá: "Destacable escritor honesto, que llevaba su modestia hasta una extrema humildad, pues no admitía ni elogios ni críticas en los periódicos, ni que se escribiese de otra cosa que de sus obras literarias". Y el gran Henry James lo analizará así: "El germen de la novela jamás tomaba en él la forma de una historia con intriga y desenlace. Lo esencial a su imaginación era la figura de un individuo o la combinación de individuos y sus acciones".
Bougival fue pintado por Renoir, Monet o Sisley. Y Georges Bizet vivió un año allí componiendo Carmen; el genial músico tiene un centro que recuerda su paso por el pueblo. No es de extrañar que el excursionista se deje embelesar por el lirismo musical y pictórico cuyas reminiscencias impresionistas aún impregnan las estrechas callejas de este enclave rústico pero bello como sólo aquella época coqueta y orgullosa sabía adornarlo.
Consulta la guía de Francia de EL VIAJERO
Guía
Cómo ir
» Bouvigal se encuentra unos 15 kilómetros al oeste del centro de París. Para llegar al Museo Turguéniev en transporte público desde la ciudad, lo mejor es tomar el autobús número 258 (dirección Saint Germain) en La Défense (línea 1 del metro, parada La Grande Arche-La Défense). Hay que bajar en la parada Chaussée-Musée Tourguéniev.
La visita
» Museo Turguéniev (0033 1 45 77 87 12; www.tourgueniev.fr). 12, Rue Tourgueniev. Bougival. En verano (hasta el 31 de agosto), el museo abre de jueves a sábado, de 14.00 a 18.00, y los domingos, de 10.00 a 18.00. Visita guiada, 5,50 euros.
Información
» Oficina de turismo de Bougival (0033 1 39 69 21 23; www.syndicat-initiative-bougival.com).
» Oficina de turismo de la vecina Marly-le-Roy (0033 1 30 61 61 35).
» www.ville-bougival.fr.
» www.franceguide.com.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.