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Aguas dejará de cotizar en Bolsa a fin de año con la oposición de Suez

La Diputación de Valencia trata de documentar las obligaciones de Vainmosa

Miquel Alberola

Las acciones de Aguas de Valencia estarán fuera de la Bolsa a finales de año. Es el plazo que el presidente de la compañía, Eugenio Calabuig, considera razonable después de que la junta general de accionistas diera luz verde ayer a la OPA de exclusión, propuesta por el consejo de administración y auspiciada por la sociedad mayoritaria Agval, que integra al Banco de Valencia y Fomento Urbano de Castellón con el 60,68% de las acciones.

Pero la salida de la cotización bursátil topó con la previsible oposición de Suez Environnement, que posee el 33% de las acciones. El representante de la firma francesa, Bertrand Camus, criticó esta decisión, ya que fuera de la Bolsa la información de Aguas de Valencia deja de estar supervisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y, por tanto, es menos transparente y cierra el acceso a capitales y fuentes de financiación diversificadas.

El secretario del consejo de administración del grupo, César Albiñana, justificó la exclusión en un "imperativo legal" de la propia CNMV tras la OPA presentada en julio de 2007 y no en una voluntad del consejo, debido a que no se cumplen los dos parámetros para permanecer en Bolsa (la frecuencia y el volumen de contratación) y resulta imposible hacer una oferta pública ya que el 93,99% del capital está en manos de accionistas. Tras la exclusión, el precio de la acción quedará fijado en unos 150 euros. Suez, que compró a 208,37, pagó 134,7 millones por lo que ahora valdrá 97.

Camus, que subrayó su vocación de permanencia en Aguas de Valencia, pidió que fuera la sociedad promotora Agval la que asumiera el coste del proceso de exclusión. Sin embargo, el secretario de la mesa aseguró que la CNMV no lo ha estimado así. Albiñana también tuvo que responder acerca de la subrogación de obligaciones de Vainmosa Cartera (hoy diluida en Aguas de Valencia) con motivo de la privatización por parte de la Diputación de Valencia del 49% de la Empresa General Valenciana de Agua, SA.

Según Camus, la subrogación de las aportaciones no dinerarias, que ascendía a 4,9 millones de euros y fue asumida por Facsa y Lubasa, reportó acciones de Aguas de Valencia a estas empresas, y aunque una de ellas ha salido del grupo, sigue pendiente, ya que la Diputación de Valencia no la ha aceptado pese a existir un certificado sobre su cumplimiento.

Albiñana admitió riesgos legales, pero no financieros, y aseguró que la Diputación de Valencia ha iniciado un proceso para documentar qué se ha hecho y que está reconociendo parcialmente esas prestaciones. Asimismo, manifestó que la subrogación está avalada por el Banco de Valencia y el de Santander.

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Aguas de Valencia obtuvo en 2007 un beneficio neto de 14,3 millones de euros gracias a un incremento de la cifra de negocios del 19% (151,5 millones). Para este año prevé un resultado de explotación de 24,8 millones, un 12,7% más que en el ejercicio anterior.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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